"Desde niño Juan había conocido a Teresa pues ambos eran casi vecinos. Él, de la calle del Carmen, en la ciudad de Écija, ella de la calle Juan Páez en la misma ciudad. Desde pequeños prometieron que nunca se separarían. Llegaron a la mayoría de edad y decidieron contraer matrimonio. Una tarde, Juan hizo público su secreto guardado durante años. Aunque Catalina, su madre ya estaba al corriente de dicha relación, su padre, Lucas, estaba totalmente ajeno a las amistades y amoríos de su hijo. Afanado en el trabajo de su hacienda apenas llegaba a su casa a cenar y dormir después de un duro trabajo en el campo. Había que mantener las propiedades que había heredado de sus padres. Catalina esperó el momento idóneo para hacer la dura revelación a su marido: su hijo mayor, el único que heredaría su patrimonio, su primogénito, iba a casarse con la hija de su mayor enemigo, Antonio Rodríguez. La enemistad entre ambos venía de muy atrás, y se había producido por el impago de deudas, por la mala fama de una familia con pocos recursos. "-No tienen donde caerse muerto"-, dijo en una ocasión Lucas. No tardó mucho en llegar a oídos de Antonio la negativa de su futuro consuegro al casamiento de los dos jóvenes. No era ajeno a los comentarios insultantes de los Crespillo hacia su familia y hacia su hija. Una tarde, Antonio y uno de sus hijos mayores se presentaron en la calle del Carmen a pedir explicaciones. Lucas no se encontraba allí en esos momentos. Los dos miembros de la familia Rodríguez insultaron y amenazaron a Catalina y a toda su familia. "-Si es hombre que venga a verme, que lo espero para que diga delante de mi el insulto que ha hecho a mi hija".
Mientras, los dos jóvenes seguían viéndose a escondidas. Sentían tanto amor el uno por el otro que buscaban una solución para que la boda se celebrara. No tardó mucho D. Lucas Crespillo en presentarse en la casa de Antonio Rodríguez. Su honor y el de su hijo estaban en juego. Fueron muchos los vecinos que acudieron. Antonio lo recibió con la intención de matarlo. Los dos se enzarzaron en una pelea, gritos y golpes. Las autoridades intervinieron para separarlos. - "Nunca te casaras con él". Fue lo último que Antonio le dijo a Teresa. Esa misma noche los dos jóvenes decidieron verse e idearon un plan para casarse. Lo harían en secreto. Nadie se enteraría de la boda hasta que ésta estuviera consumada. Y así lo hicieron."
Y a mi que me gusta tanto descubrir las historias pasadas de nuestros antepasados con el apellido Crespillo, me enteré una tarde de fina lluvia, cuando buscaba entre los viejos papeles del Archivo Arzobispal de Sevilla. Me llamó la atención el nombre que aparecía en la primera hoja del documento: Juan Crespillo, vecino de Écija, 21 de Noviembre de 1763. Pasé esa tarde transcribiendo el documento a través del cual elaboré esa historia. Aquí os dejo la transcripción de la primera hoja del documento para que la leáis. Es la historia verdadera, en la que entre otras cosas se dice que para evitar riñas y escándalos se llevará en secreto dicha boda. Lo que he escrito arriba es producto de mi imaginación.
En la ciudad de Ezija
a veinte y uno de noviembre de mil setecientos y sesenta y tres años.
Ante Joseph Ventura Diaz de Azpeitia, presvitero Juez de Comision.
Juan Crespillo hijo de
Lucas Crespillo y Catalina Mayor, y Teresa Rodriguez, hija de Antonio
Rodríguez y de Inés Mariana de Linares, vecinos de la ciudad de
Ecija, con el mayor pedimento de su obligacion [...] dicen: Tienen
tratado contraer legítimo y verdadero matrimonio segun dispone el
Santo Concilio de Trento el que no pueden poner en practica a causa
de estorvarlo las familias de los suplicantes sin motivo alguno pues
son iguales en calidad de sangrre, circunstancias en las familias, y
caudal correspondiente, y para que entre los referidos no haya
discordia ni disensiones y juntamente no llegue noticia acuden a la
piedad de Vuestra Ilustrísima para que se sirva concederles licencia
para efectuar matrimonio dispensandoles las moniciones que dispone
dicho Santo Concilio y para que la partida no se anote hasta que se
avengan las familias de los suplicantes o hasta que tengan por
conveniente respecto a que cada uno se ha de mantener en su casa
hasta que dichas familias se avengan y asimismo suplican a vuestra
excelencia que para que lo referido se haga con todo secreto se
practiquen las diligencias ante cualquier eclesiástico secular o
regular que se requiera y tambien para que este ejecute dicho
matrimonio: favor esperan recivir de la benignidad de V.E., cuya vida
exalte la mayor grandeza.
Fuente:
Expediente matrimonial de Juan
Crespillo. (seis hojas) A.G.A.S. Vicaría. Matrimonios Ordinarios. Expediente
matrimonial. Año 1763. Letra J. Sig. 05505.