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domingo, 28 de diciembre de 2014

CONSEJOS, CURIOSIDADES ...(4)

LOS LIBROS SACRAMENTALES:  LOS LIBROS DE BAUTISMO.
 
En esta ocasión os doy algunas recomendaciones para la búsqueda de nuestros ancestros en los libros sacramentales. Se trata de unos libros en los que se registraban los bautismos, matrimonios y defunciones de los vecinos que formaban parte de una determinada parroquia. 
Con respecto a los libros de bautismos será D. Alonso de Cartagena, obispo de Burgos en su Sínodo de 1443 quien mandó la confección de registros de bautizados, disposición que luego sería recogida en el Sínodo de Cisneros de 1498. Estas medidas se extendieron después a toda la Iglesia  a través del Concilio de Trento, 1562, donde se hicieron obligatorios los registros parroquiales de la población que cumplía algunos Sacramentos de la Iglesia. Así se confeccionaron los Libros de Bautismos, de Defunciones y de Casamientos o Velaciones. Fueron una prueba documental para la formación de las familias ligadas a ciertos sacramentos como el de bautismo y el de matrimonio. Desde el año 1614, por mediación del papa Paulo V se extiende también los registros a los fallecidos.
 
¿ Cómo buscar nuestros ancestros en los libros de bautismos ?. En primer lugar hay que buscar en los libros índices de bautismos. Suelen ser varios tomos numerados donde aparecen los años de registros. Están ordenados por años, y clasificados nominalmente, es decir por el nombre de pila, nunca por apellidos, al menos los de los siglos XVI,  XVII y XVIII. Detrás del nombre de pila aparece la expresión "hijo de.." y detrás, el nombre y primera apellido del padre y de la madre. Si tenemos la suerte de encontrar a un antepasado en alguna de las letras del índice, anotamos los datos que aparecen en el margen derecho, que corresponde a una numeración, o dicho de otro modo al documento foliado. El número de folio viene acompañado de una abreviatura que puede ser rcto. [recto] o vto. [vuelto]. En el primer caso se trata del folio o página  par, y si es vuelto, las páginas impares del libro de registro de bautismo concreto. Saber el año y el folio no es suficiente. Hay un último dato fundamental, el número del libro en el que se encuentra. Desde la pagina del índice donde hemos hallado nuestro antepasado id pasando las páginas hacia atrás, año por año hasta que encontréis encima de uno de los años el título de "Libro Nº ...". Ya tenéis todos los datos del registro que deben ser tres: año, folio y número del libro. Con estos datos el párroco os podrá facilitar el libro concreto de la decenas de libros que se encuentra en el armario de la sacristía normalmente. Cuando os lo facilite, buscáis con estos datos el año, allí aparecerán ya sin orden alfabético todas las personas que se bautizaron en esa iglesia en ese año. Buscáis el número de folio que anotasteis, y allí debe aparecer vuestro antepasado. 
 
 
Extracto del libro índice de bautismo. Año 1653.  Letra P. Fol. 25. Paulo, hijo de Pedro Crespillo y Juana de Vega.
 
Libro de registro de bautismo correspondiente al bautizo de la persona encontrada en el libro índice de la imagen anterior.
 

domingo, 21 de diciembre de 2014

CONSEJOS, CURIOSIDADES...(3)

LOS PADRONES DE VECINDARIO.

Los padrones surgen por una necesidad de control de la población no sólo por motivos puramente demográficos sino también por razones de tipo fiscal o militar. Para utilizar un documento de estas características hay que acudir a los archivos municipales donde suelen encontrarse. Se trata de buscar entre los diferentes libros los años concretos que buscamos, normalmente no se hacían todos los años, sino  cada dos o tres, aunque no existe una regla fija en cuanto el tiempo que pasaba entre un padrón y otro. Las autoridades municipales, acompañadas por un escribano solían recorrer calle por calle y casa por casa para registrar a los vecinos que residían en cada una de ellas. Era frecuente que en cada casa se encontraran varias familias viviendo. No se afiliaban todos los miembros sino únicamente el cabeza de familia. También se registraban a mujeres solas, solteras y viudas. En ocasiones se citan a los hijos, especialmente los varones, que viven en la unidad familiar, siempre que fueran mayores de siete u ocho años, utilizando la expresión "parbulos" para los de menor edad.  Las casas se van numerando del 1 hasta contabilizar la última vivienda, pero se da el caso frecuente que al siguiente padrón los números de las mismas cambien. Esto se debe a que los responsables de efectuar el padrón entren por el otro lado de la calle, empezando a contar las casas por el lado contrario por lo que la numeración cambia totalmente con respecto al padrón anterior.
El total de personas o habitantes que se registra en un padrón es sólo aproximado. Se contabiliza en vecinos y no en habitantes como los padrones actuales. Para conocer una cifra estimada del numero de personas en un padrón suele utilizarse un coeficiente, 4 ó 5 que correspondería al número aproximado de personas que compondría la unidad familiar. El número total de vecinos habría que multiplicarlo, por tanto, por este coeficiente para conocer aproximadamente el número total de habitantes.
Son numerosos los errores que se dan en este tipo de fuentes, algo normal por otro lado. Nadie quería empadronarse de buena gana para pagar impuesto o para el reclutamiento, por lo que se utilizan artimañas para evitar ser registrado en el padrón. Otras veces, cuando las autoridades del padrón van a una casa, puede que alguna familia no se encuentra en ese momento, y son los propios vecinos los que dan la información, por lo que los errores en cuanto a la edad, nombres y apellidos son bastante frecuentes.
Padrón de vecinos de Écija, S. XVIII. Agustín Crespillo.