Los padrones surgen por una necesidad de control de la población no sólo por motivos puramente demográficos sino también por razones de tipo fiscal o militar. Para utilizar un documento de estas características hay que acudir a los archivos municipales donde suelen encontrarse. Se trata de buscar entre los diferentes libros los años concretos que buscamos, normalmente no se hacían todos los años, sino cada dos o tres, aunque no existe una regla fija en cuanto el tiempo que pasaba entre un padrón y otro. Las autoridades municipales, acompañadas por un escribano solían recorrer calle por calle y casa por casa para registrar a los vecinos que residían en cada una de ellas. Era frecuente que en cada casa se encontraran varias familias viviendo. No se afiliaban todos los miembros sino únicamente el cabeza de familia. También se registraban a mujeres solas, solteras y viudas. En ocasiones se citan a los hijos, especialmente los varones, que viven en la unidad familiar, siempre que fueran mayores de siete u ocho años, utilizando la expresión "parbulos" para los de menor edad. Las casas se van numerando del 1 hasta contabilizar la última vivienda, pero se da el caso frecuente que al siguiente padrón los números de las mismas cambien. Esto se debe a que los responsables de efectuar el padrón entren por el otro lado de la calle, empezando a contar las casas por el lado contrario por lo que la numeración cambia totalmente con respecto al padrón anterior.
El total de personas o habitantes que se registra en un padrón es sólo aproximado. Se contabiliza en vecinos y no en habitantes como los padrones actuales. Para conocer una cifra estimada del numero de personas en un padrón suele utilizarse un coeficiente, 4 ó 5 que correspondería al número aproximado de personas que compondría la unidad familiar. El número total de vecinos habría que multiplicarlo, por tanto, por este coeficiente para conocer aproximadamente el número total de habitantes.
Son numerosos los errores que se dan en este tipo de fuentes, algo normal por otro lado. Nadie quería empadronarse de buena gana para pagar impuesto o para el reclutamiento, por lo que se utilizan artimañas para evitar ser registrado en el padrón. Otras veces, cuando las autoridades del padrón van a una casa, puede que alguna familia no se encuentra en ese momento, y son los propios vecinos los que dan la información, por lo que los errores en cuanto a la edad, nombres y apellidos son bastante frecuentes.
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Padrón de vecinos de Écija, S. XVIII. Agustín Crespillo. |
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