Vistas de página en total

domingo, 2 de agosto de 2015

LAS PARTIDAS DE MATRIMONIO

Las partidas de matrimonio son, sin ningún género de dudas, el documento más fiable para el estudio genealógico, de manera que os aconsejo que si iniciáis vuestro árbol la utilicéis como principal herramienta y fuente de información. En los archivos parroquiales existen los libros índices de matrimonio. Por aquí hay que empezar. Están organizados por un listado nominal del contrayente varón, seguidamente aparece la persona con la que ha contraído matrimonio. Tras encontrar los datos, año, folio, libro de matrimonio, y la partida se encuentra en buen estado, podéis ver que está estructurada de la siguiente manera, al menos para el siglo XVIII, pues en períodos más antiguos están mucho más reducida la información que transmiten. Siguiendo el caso primero, podemos ver la siguiente estructura:
1.- Intitulación: es el primer párrafo de la partida. Aparecen los nombres y apellidos de los contrayentes, de dónde son y en que calle viven. Se incluyen los nombres y apellidos de los padres de cada uno, excepto si el contrayente es viudo, caso en el que no aparecen los padres sino el nombre de su difunta mujer.
2.- Fecha, normalmente tres días, de las moniciones o amonestaciones. Se trata de un requisito previo a la celebración del matrimonio en el que se informa al resto de vecinos, la intención de la pareja de casarse. En esos tres días si no hay ningún impedimento, ni nadie alega en contra de dicha celebración, se llevará a cabo la ceremonia.
 3.- La ceremonia matrimonial, en la que se incluye la fecha de los desposorios, fundamental para nuestro trabajo genealógico, y, por último, las bendiciones nupciales. En ocasiones los esposos son velados, aunque este hecho puede realizarse incluso después de haberse casado. No hay que olvidar la mención de los testigos de la boda. Según el Derecho Canónico no hay que tener un determinado parentesco con los desposados para ser testigo en la ceremonia. Normalmente aparece dos o tres, y en ocasiones la partida termina diciendo expresiones como: y muchos vecinos más... porque lo normal era un familiar y un vecino o conocido.

Termino  desterrando un falso mito, no todas las bodas se hacían en una parroquia. Tengo alguna que otra partida donde es el cura el encargado de dirigirse hasta la casa de los contrayentes donde tiene lugar la ceremonia. Seguramente esto se producía por la falta de recursos económicos de los contrayentes.




.

sábado, 18 de abril de 2015

"Capuletos y Montescos" en nuestro apellido.

"Desde niño Juan había conocido a Teresa pues ambos eran casi vecinos. Él, de la calle del Carmen, en la ciudad de Écija, ella de la calle Juan Páez en la misma ciudad. Desde pequeños prometieron que nunca se separarían. Llegaron a la mayoría de edad y decidieron contraer matrimonio. Una tarde, Juan hizo público su secreto guardado durante años. Aunque Catalina, su madre ya estaba al corriente de dicha relación, su padre, Lucas, estaba totalmente ajeno a las amistades y amoríos de su hijo. Afanado en el trabajo de su hacienda apenas llegaba a su casa a cenar y dormir después de un duro trabajo en el campo. Había que mantener las propiedades que había heredado de sus padres. Catalina esperó el momento idóneo para hacer la dura revelación a su marido: su hijo mayor, el único que heredaría su patrimonio, su primogénito, iba a casarse con la hija de su mayor enemigo, Antonio Rodríguez. La enemistad entre ambos venía de muy atrás, y se había producido por el impago de deudas, por la mala fama de una familia con pocos recursos. "-No tienen donde caerse muerto"-, dijo en una ocasión Lucas. No tardó mucho en llegar a oídos de Antonio la negativa de su futuro consuegro al casamiento de los dos jóvenes. No era ajeno a los comentarios insultantes de los Crespillo hacia su familia y hacia su hija. Una tarde, Antonio y uno de sus hijos mayores se presentaron en la calle del Carmen a pedir explicaciones. Lucas no se encontraba allí en esos momentos. Los dos miembros de la familia Rodríguez insultaron y amenazaron a Catalina y a toda su familia. "-Si es hombre que venga a verme, que lo espero para que diga delante de mi el insulto que ha hecho a mi hija".
Mientras, los dos jóvenes seguían viéndose a escondidas. Sentían tanto amor el uno por el otro que buscaban una solución para que la boda se celebrara. No tardó mucho D. Lucas Crespillo en presentarse en la casa de Antonio Rodríguez. Su honor y el de su hijo estaban en juego. Fueron muchos los vecinos que acudieron. Antonio lo recibió con la intención de matarlo. Los dos se enzarzaron en una pelea, gritos y golpes. Las autoridades intervinieron para separarlos. - "Nunca te casaras con él". Fue lo último que Antonio le dijo a Teresa. Esa misma noche los dos jóvenes decidieron verse e idearon un plan para casarse. Lo harían en secreto. Nadie se enteraría de la boda hasta que ésta estuviera consumada. Y así lo hicieron."

Y a mi que me gusta tanto descubrir las historias pasadas de nuestros antepasados con el apellido Crespillo, me enteré una tarde de fina lluvia, cuando buscaba entre los viejos papeles del Archivo Arzobispal de Sevilla. Me llamó la atención el nombre que aparecía en la primera hoja del documento: Juan Crespillo, vecino de Écija, 21 de Noviembre de 1763. Pasé esa tarde transcribiendo el documento a través del cual elaboré esa historia. Aquí os dejo la transcripción de la primera hoja del documento para que la leáis. Es la historia verdadera, en la que entre otras cosas se dice que para evitar riñas y escándalos se llevará en secreto dicha boda. Lo que he escrito arriba es producto de mi imaginación.


En la ciudad de Ezija a veinte y uno de noviembre de mil setecientos y sesenta y tres años. Ante Joseph Ventura Diaz de Azpeitia, presvitero Juez de Comision.

Juan Crespillo hijo de Lucas Crespillo y Catalina Mayor, y Teresa Rodriguez, hija de Antonio Rodríguez y de Inés Mariana de Linares, vecinos de la ciudad de Ecija, con el mayor pedimento de su obligacion [...] dicen: Tienen tratado contraer legítimo y verdadero matrimonio segun dispone el Santo Concilio de Trento el que no pueden poner en practica a causa de estorvarlo las familias de los suplicantes sin motivo alguno pues son iguales en calidad de sangrre, circunstancias en las familias, y caudal correspondiente, y para que entre los referidos no haya discordia ni disensiones y juntamente no llegue noticia acuden a la piedad de Vuestra Ilustrísima para que se sirva concederles licencia para efectuar matrimonio dispensandoles las moniciones que dispone dicho Santo Concilio y para que la partida no se anote hasta que se avengan las familias de los suplicantes o hasta que tengan por conveniente respecto a que cada uno se ha de mantener en su casa hasta que dichas familias se avengan y asimismo suplican a vuestra excelencia que para que lo referido se haga con todo secreto se practiquen las diligencias ante cualquier eclesiástico secular o regular que se requiera y tambien para que este ejecute dicho matrimonio: favor esperan recivir de la benignidad de V.E., cuya vida exalte la mayor grandeza.

Fuente:
Expediente matrimonial de Juan Crespillo. (seis hojas) A.G.A.S. Vicaría. Matrimonios Ordinarios. Expediente matrimonial. Año 1763. Letra J. Sig. 05505.

















martes, 3 de marzo de 2015

CRESPILLO EN VELEZ-MÁLAGA (1)

Juan Crespillo Ortega

Natural de Vélez- Málaga, provincia de Málaga, soldado de infantería, regimiento Extremadura. Murió el 26 de agosto de 1898, en Placetas, provincia de Santa Clara.

Fuente: Gaceta de Madrid, Nº 158. Fecha: 7 de junio de 1900.

CRESPILLO EN RONDA (1)



Pedro Crespillo, 1485.-
No abandonamos la actual provincia de Málaga, porque a fines del S. XV nos encontramos otro importante documento donde se hace nuevamente una mención de nuestro apellido. Se trata del primer repartimiento que se hizo de la villa de Ronda, una vez más en la ya mencionada Banda Morisca, y dentro de la llamada por la historiografía "Guerra de Granada". Entre los nuevos repobladores aparece un individuo apellidado Crespillo. El documento denominado “Asiento de las cosas de Ronda”, se encuentra en el archivo municipal de esta localidad malagueña.
Juan de Mata Carriazo, en el estudio que hace de dicho documento (Cf. "En la frontera de Granada", p. 380), se refiere a la conquista y repartimiento de la ciudad por los Reyes Católicos entre 1485 y 1491. Ronda se había convertido en el objetivo fundamental de la campaña de 1485 por Fernando de Aragón. En su extenso artículo, Mata Carriazo relata con precisión los preparativos de la campaña y todos los sucesos previos al asedio de la ciudad. Ésta se entregó a los Reyes Católicos el 22 de mayo de 1485.
En virtud de los pactos de rendición tuvieron que salir de Ronda toda la población mora, desde ese momento, fue necesario llevar a cabo la repoblación con contingentes de población cristiana, y así lo cuenta Hernando del Pulgar: Acordaron el Rey e la Reyna de dar orden en la tierra ganada a los moros […]e pusiesen términos a cada una, e repartiesen las casas y heredades entre los moradores cristianos que nuevamente las fueron a poblar […]”
Para saber cómo se estructura y se puso en marcha la nueva administración cristiana, será pieza fundamental la carta que los Reyes Católicos envían, y que está fechada en Córdoba en 25 de Julio de 1485, cuyo título “Asiento de las cosas de Ronda”, de la que se conservan alguna copia incompleta, y otras informaciones y noticias complementarias, y en la que se hace referencia a la nueva organización de la ciudad recién conquistada.
Pero a efectos de nuestro estudio sobre los pobladores que llegaron a la nueva plaza recién conquistada, nos interesa sobremanera, los nombres y apellidos de aquellos que participaron en la repoblación, para lo que existe una información bastante completa. Disponía el Asiento la forma en que se llevaría a cabo el repartimiento de las tierras del término entre los nuevos pobladores. La unidad de medida utilizada era una caballería (= 60 aranzadas). Como no había suficiente para todos los pobladores se tuvieron que anular los repartimientos. Los Reyes Católicos mandaron hacer una nueva lista de vecinos y un nuevo reparto a los que verdaderamente se hubiesen asentados en la ciudad de Ronda. Sin embargo, una epidemia de peste sobrevino en la ciudad lo que dificultó su repoblación y el abandono de sus primeros vecinos. Debido a que la guerra no había terminado, y con ella la sucesión de conquistas de ciudades con los consiguientes repartos de sus tierras y casas, y con nuevas franquicias fiscales para los que se asentasen en ellas, no tiene nada extraño que una parte de los primeros cristianos repobladores, ante la situación que estaba atravesando la ciudad, decidiesen probar fortuna en alguna otra parte, o la de alistarse en el ejército para una nueva campaña. Las consecuencias de todo ello fue que Ronda iba perdiendo población y que algunos de los que se quedaron, acumulaban las casas y las tierras de los que se marchaban.
Uno de estos primeros repobladores que abandonaron, a la postre, la ciudad pocos años después de su conquista, fue un individuo que los documentos nombran como Pedro Crespillo, el cual era propietario de una casa, fruto del primer repartimiento. Probablemente, participaría en la conquista de la ciudad, o simplemente sería uno de los primeros pobladores llamados para asentarse en el territorio recién conquistado. Gracias a la documentación que se conserva del segundo repartimiento de la ciudad de Ronda, el cual constituye una buena prueba, y nos sirve para dar testimonio feaciente de la presencia de nuestros orígenes en esta región fronteriza. Efectivamente, los Reyes Católicos en 20 de marzo de 1490 mandaron al bachiller Juan Alfonso Serrano que fuera a Ronda e hiciese pesquisa de los repartimientos y de las ventas y acumulaciones de bienes, y de cómo viven los vecinos, y las tierras que quedaban por repartir. Toda su labor está recogida en el "Libro de Repartimiento y reformación del bachiller Juan Alfonso Serrano" en 1491, que se encuentra en el Archivo municipal de Ronda, y cuyas partes más interesantes fueron transcritas por Juan Mata Carriazo en su artículo ya citado.
De todo el repartimiento, la pieza más importante es la que hace referencia al reparto de los edificios y solares de la ciudad.
En la noble ciudad de Ronda, el mucho honrado e virtuoso señor el bachiller Johan Alfonso Serrano, Juez pesquisydor e visitador e justicia mayor desta dicha ciudad de Ronda e su tierra…después de ser fechos los padrones de la visita e apeamiento de las casas de dicha ciudad, comenzando a hacer providencia e reformación de las casas, mirando e examinando cada un partido de casas que cada uno de los vecinos de la dicha ciudad tiene […] e mirando el asiento de los libros y lo que cada uno tenía, e lo que por el padrón de la vista se falló que poseyan, se fizo la providencia y reformación [...].
A continuación se especifica en un listado de pobladores, las propiedades y casas que poseían. Se menciona el nombre de algunas calles como de la Alhondiga, de la Zapatería, de Mateo de Luzón oi la de las Boticas”, etc. Aparecen 189 nombres con sus respectivas propiedades. De todos esos registros, destacan algunos como los que a continuación presentamos:
[...] Vuelta a comencar por la calle de la zapatería:[...]
112).- Boluiendo a fazer la visita de las casas dende la fortaleza, la calle que va derecha a la placa, la primera casa questá a la mano derecha es de Andrés de Arriaca. Tiene dos casas juntas: quédanle proueydas según su asiento.
113).- Otra casa frontero desta, que es de Alonso Yáñes, vallestero de monte que heran dos casas pequeñas: cédanle proueydas según asiento.
114).Otra casa junto con ésta, que compró Pedro Crespillo, de Cristoval Velloso: diose la una a Cristoual, pregonero, e la otra más pequeña se proueó a la de Alonso Galán, que se dize Beatriz Sánchez, e a los herederos que quedaron del dicho Antonio Galán, que falleció en esta ciudad. [...].
En este último registro, en el número 114, aparece una de las referencias más antiguas de nuestro apellido, con la presencia del ya mencionado Pedro Crespillo. Como vemos no se cita como uno de los nuevos pobladores avencindado en el lugar en la reforma del repartimiento del bachiller Juan Alfonso Serrano, sino que debió estar en el momento en que accedieron los primeros pobladores, es decir con el repartimiento llevado a cabo por Juan de Torres y el licenciado Juan de la Fuente, en 1485, según la crónica de Hernando del Pulgar. Al parecer y, como nos dice el texto, vendió la propiedad que habría comprado a otro vecino, desapareciendo del lugar. ¿Hacia dónde se dirigió?.
 
 
 
 

CRESPILLO EN RONDA (2)

Francisco Crespillo García.

Soldado de infantería, natural de la ciudad de Ronda (Málaga), murió en la guerra de Cuba, el 1 de Enero de 1897 en  Fomento, provincia de Santa Clara.

Fuente: Gaceta de Madrid, nº 174. Fecha: 23 de Junio de 1898.

jueves, 29 de enero de 2015

ALONSO CRESPILLO: " SE BUSCA"

Alonso Crespillo, de cuerpo pequeño, blanco, rubio y de pocas barbas, como de 23 años, hijo de Cristóbal Rivera Matías, y de Marina Crespillo, vecinos de Pruna, en 1743, en la calle que dicen de la entrada de Ronda, el cual se vio envuelto en un problema con la justicia a causa de lo sucedido en el donadío de Vallehermoso.
Estando una cuadrilla de segadores trabajando en una faja de trigo en el donadío de Vallehermoso, en la villa de Olvera, en los sembrados de Joseph Rodríguez, guarda de dicho donadío, se produjo una pelea en la que intervinieron Diego de Porras, Arcadio Muñoz, Francisco y Joseph Sánchez, Diego de Dios, Sebastián Barroso Cascajo, Antonio y Pedro de Vera, Alonso Crespillo, Francisco Lorenzo, Jacinto y Francisco Navarro, Bartolomé Palacios, Antonio y Andrés Madrigal, y Pedro del Valle, el moro, vecinos todos de esta dicha villa por las heridas que dieron a Juan de Dios y Diego, su hijo.
El motivo fue el inicio de una porfía entre el hijo de Juan de Dios, Diego de Dios, y Alonso Crespillo junto con Joseph de Vera, que también estaba segando.
La discusión parece que surge sobre el modo de hacer una gavilla, y habiendo Diego acabado de hacer la suya, saltó de su tajo al otro  para cerrar una nueva y ponerla encima, y le dijo el expresado Alonso Crespillo que "para que ponía aquella porquería" y el dicho Diego de Dios respondiole "qué modo de hablar tenía", se fue hacia él y a ese tiempo cargaron todos sobre el citado Diego, con las hoces levantadas y el padre de éste, Juan de Dios, se encaminó desde el sitio donde estaba segando a donde estaban los otros para defenderlo, y el dicho Joseph Sánchez, le tiró con la hoz y le hizo la herida que se le ha reconocido en el dedo de la mano, y al mismo tiempo agarró Joseph de Vera  a Juan de Dios, diciéndole que se detuviera, y conforme lo tenía agarrado llegó el mencionado Alonso Crespillo y le sacó al dicho Vera el cuchillo que traía en la cinta y con él le tizó por detrás a Juan de Dios, y le hizo la herida que padece en el hombro, mientras, los demás segadores referidos estaban con su hijo y el padre, viéndose libre fue a defenderlo, y luego que lo vieron derramando porción de sangre echaron todos a correr, encaminándose hacia esta villa donde Juan de Dios vino  con el referido Diego de Dios quien asimismo viene algo herido.
El 4 de julio de 1743 las autoridades municipales buscaron a los culpables de tal delito. Alonso Crespillo huyó. Su madre, Marina Crespillo, declaró que desde el día 3 que salió a segar no ha sabido nada más de él, y que desconoce su paradero. Se dio la correspondiente orden para que se le prendiera y metiera en la cárcel pública de la villa.

lunes, 26 de enero de 2015

CONSEJOS, CURIOSIDADES... (5)

EL CATASTRO DE ENSENADA.

En mi búsqueda por hallar indicios de nuestro apellido encontré un día la posibilidad de buscar antepasados en una fuente poco utilizada para la genealogía, pero no menos interesante, se trata del famoso Catastro del Marqués de Ensenada. Lo primero que hice fue buscar en internet la información que había al respecto. En efecto lo encontré en la página del Portal de Archivos Españoles, o dicho de otro modo, en Pares, del que otro día hablaremos. Ahí encontraréis una información bastante completa. Pero, claro, la información no atendía a mis necesidades. En pares se encuentra una parte del catastro relacionado con las características de los pueblos de Castilla de mediados del siglo XVIII, concretamente desde 1750 a 1754. Se trataba de las llamadas Respuestas Generales. La forma en la que se hace tal descripción es a través de un interrogatorio de unas preguntas con las correspondientes respuestas, a través de las cuales conocemos las características económicas y sociales de esa población. Esta parte del Catastro no es más que una pequeña visión panorámica de otras averiguaciones de mayor envergadura que puso en marcha Fernando VI por Real Decreto el 10 de octubre de 1749.  A través del buscador de localidades podemos encontrar cualquier municipio castellano. Pero como decíamos arriba, no era el propósito de mi investigación, quería buscar los nombres y apellidos de personas o vecinos registrados en dicho catastro. Descubrí después de algunas indagaciones que en el Catastro se incluye el llamado Libro de lo Real donde aparecen los nombres y apellidos de los cabezas de familia con los nombres y extensiones de las propiedades de dichos vecinos. Efectivamente, se trata del Libro de lo Real o de lo Personal, y a su vez, divididos en los bienes de legos y seglares. Me informé en la localidad que centro mi investigación, Écija (Sevilla), y supe que en su archivo municipal se encuentran una decena de libros con relación de vecinos o cabezas de familias registrado en dicho Catastro. El pasado mes de julio, con mucho calor, eso sí, pude acceder a dichos libros, y cual fue mi sorpresa, allí estaba una de las personas que buscaba, y así lo reflejo en la siguiente lámina, fotografía de uno de sus registros.
 
Añadir leyenda
 
 
 
 
 
 
 

sábado, 24 de enero de 2015

CRESPILLO EN ANTEQUERA (2)

He encontrado un registro de una persona nacida en Antequera (Málaga) con nuestro apellido y que lo introduzco en esta sección por si alguien le pueda interesar. Los únicos datos son los siguientes:


Juan Crespillo y García, hijo de Bartolomé Crespillo, y Ana García, nacido en Antequera, en 1724, y bautizado el 17 de mayo de este mismo año (desconozco la parroquia). Fallecido en 1805. Contrajo matrimonio con María de Luna y Velasco, hija de Pedro de Luna y Peña, nacido en 1705,  y de Bernarda Velasco y Aguilera, en 1714,  nacida en Cuevas del Becerro, Málaga. De este matrimonio nació una hija, María Romualda Crespillo y Luna, en 1742 en Cuevas del Becerro.

domingo, 11 de enero de 2015

USO Y ORIGEN DE LOS APELLIDOS (1)

EL USO DE NUESTROS DOS APELLIDOS.-

 Todos los que nos dedicamos a la genealogía nos hemos enfrentado en más de una ocasión al tratamiento y uso de los apellidos. Si alguien cree que nuestro actual sistema de apellidos es el que normalmente ha existido en siglos pasados, puede caer en el anacronismo. Hay que olvidar para siglos en los que normalmente los genealogistas nos movemos, S. XVI en adelante, que una persona no tenía por qué apellidarse con el primero del padre, y el segundo de la madre. Eso ocurre desde el siglo XIX en adelante, y quizás también en el XVIII, pero antes fue muy diferente. En primer lugar habría que insistir en el hecho que las personas utilizaban los apellidos como nosotros ahora utilizamos los nombres de pila, es decir, un niño o una niña al nacer se le ponía los apellidos con toda libertad, no tenían por qué ponerle, obligatoriamente el de los padres, bien es cierto que existía una cierta tradición en la familia de poner unos apellidos que formaban parte del patrimonio onomástico de esa familia, es decir que ya lo utilizaron sus padres, abuelos, tíos, etc. tanto por línea paterna como materna. La familia utilizará, por tanto, para bautizar a los suyos, únicamente, salvo rarísimas excepciones, los nombres de este acervo onomástico familiar, imponiendo a sus hijos no solamente el nombre de sus antepasados sino también el patronímico que aquellos usaron.

El hombre del Siglo de Oro, sobre todo los hidalgos con pretensiones de herencia, escogerá a su gusto los apellidos que mejor le aseguren la apropiación de tales bienes, y no tendrá ningún reparo al ponerse el primer apellido de su bisabuela materna, y el segundo de su abuelo paterno, por poner un ejemplo. Instituciones medievales como los mayorazgos imponen el uso de determinados apellidos para mantener unido el patrimonio, normalmente en el varón de mayor edad. 
Esta costumbre de obligar al heredero del mayorazgo a usar el apellido del fundador se hace casi general durante el siglo XVI, y esa es la razón por la que en los siglos posteriores, hasta la supresión en el siglo XIX de los antiguos mayorazgos, los grandes personajes usen multitud de apellidos. No se trata de pura vanidad genealógica, ni de los apellidos de los abuelos del personaje puestos en desorden; se trata de una obligación legal impuesta al caballero si quiere disfrutar de las rentas del mayorazgo.

La Ley de Registro Civil de 17 de junio 1870 establecía (articulo 48) que todos los españoles seríamos inscritos con nuestro nombre y los apellidos de los padres y de los abuelos paternos y maternos. La inclusión en el nuevo Código Penal de dicho año del delito de uso de nombre supuesto vino a consagrar como únicos apellidos utilizables los inscritos en el Registro Civil. Esta fórmula se consagró jurídicamente con la nueva redacción de la Ley de Registro Civil de 8 de junio de 1957, que dio carta de naturaleza a esta costumbre únicamente española, pues ni siquiera en Hispanoamérica rige, de utilizar los dos apellidos, paterno y materno.
 
Quiero ilustrar lo expuesto arriba con algún ejemplo que clarifique lo que decíamos en referencia al uso totalmente libre de nuestros apellidos. En mi estudio del apellido Crespillo encontré en un archivo una breve genealogía de una persona llamada Benito Buenatierra, apellido este último bastante curioso. Este tal Benito contrae matrimonio en la primera mitad del S. XVI con una mujer llamada Juana Fernández Crespillo. Pues bien, dos de sus hijos varones se apellidaran de la siguiente forma: Juan de Osuna Crespillo, el primero, y Benito Ximenez Crespillo, el segundo. Como vemos, ambos conservan el apellido de su madre, Crespillo, pero, en cambio, añaden dos nuevos, uno, el de Osuna, y el otro, el de Ximénez. Este último, cuando se casa con Catalina García, y tiene un hijo varón fruto de este matrimonio, pone a su hijo el nombre y apellidos siguientes: Juan de Osuna Crespillo, es decir, el mismo que el de su tío paterno. Como podéis comprobar, todo un ejemplo del uso libre de los apellidos en la Edad Moderna.