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domingo, 28 de septiembre de 2014

PASAJEROS A INDIAS (1)

La Casa de la Contratación en Sevilla fue creada en 1503 para fomentar y regular el comercio con América. Entre sus competencias estaba el control de pasajeros que querían instalarse en los nuevos territorios recién descubiertos. Una vez lograda la cédula real, los pasajeros debían obtener el permiso por parte de los oficiales de la Casa, quedando así registrados. Las series de documentos que nos informan sobre este tránsito entre el Viejo y Nuevo Mundo aparecen en los Libros de Asientos de pasajeros, donde se registraban los nombres de los que pasaban a las Indias cuando habían obtenido la licencia de la Casa de Contratación, lo cual se verificaba en el momento de embarcar, y se hacía constar en el asiento el nombre de la nao, y el del maestre que la comandaba. Por otro lado, la otra serie era la llamada Informaciones y licencias de pasajeros, consistían en las informaciones y probanzas de todos aquellos que querían pasar a las Indias tenían que presentar en la Casa de Contratación, y las propias licencias expedidas por el presidente y jueces oficiales de la Casa. En dichas informaciones tenían que acreditar que eran cristianos viejos, por lo que estos expedientes solían contar con partidas de bautismo y matrimonio, no sólo de los pasajeros, sino también de los familiares y criados que los acompañaban.
Jerónimo Crespillo, casado con Francisca Casas, ambos difuntos, y naturales de la villa de Osuna., tenían una hija Jerónima de Baleros, de unos 18 o 20 años, de buena estatura, morena de rostro, con una señal de herida en la frente, en el lado derecho, natural de esta villa, la cual emigró a Nueva España junto con su marido Bartolomé de Hoces, de 32 años, barbirrubio, natural de Marchena, y vecino también de Osuna, el 5 de Febrero de 1592. Ambos declararon que eran cristianos viejos, que no habían sido ni castigados ni penitenciados por la Inquisición, ni eran de los nuevamente convertidos, y que hicieron vida maritable según diversos testigos. El matrimonio iba acompañado en su viaje a América por una criada, Isabel Rodríguez, vecina también de Osuna. [AGS. Contratación, 5238, N.2, R.32.]

sábado, 20 de septiembre de 2014

¿De dónde procede el patronímico Crespillo? ¿ Somos de origen castellano o catalán?


Parece una afirmación casi general que todos los apellidados con el nombre Crespillo se han planteado en alguna ocasión cuál es el origen de un apellido que en cualquier caso resulta ser poco habitual en relación con la mayoría de los patronímicos castellanos. El de Crespillo, por su rareza, no se incluye dentro de la tradicional división de los apellidos españoles, esto es, patronímicos, antroponímicos y toponímicos, o lo que es lo mismo, apellidos derivados de nombres de lugares, sobrenombres, haciendo referencia a una cualidad física o psíquica, el parentesco, la procedencia , etc. El número de personas con el nombre Crespillo es realmente bajo en relación con apellidos más conocidos de la geografía antigua castellana. Pero, ¿ cuál sería su procedencia?. Empecemos por las referencias que nos da algún especialista. El primer paso para su estudio y origen es la consulta de las numerosas obras sobre genealogía y descendencias de linajes castellanos entre las que destacamos la monumental obra de Vicente de Cadenas y Vicent que nos adentra en el origen medieval del nombre al que le concede blasón y escudo de armas en su “Repertorio de Blasones de la comunidad Hispánica”, Tomo [desconocido] letras A-CH, pagina 548, donde se recoge para “Crespillo” el siguiente escudo de armas: “En campo de oro, dos cabríos de gules, alterados”.

Lamentablemente el apellido no se encuentra recogido en otra obra emblemática de otros especialistas en los orígenes de apellidos castellanos, nos referimos a los hermanos Alberto y Antonio García Carrafa que se centran en el apellido Crespo y omiten, en cambio, el de Crespillo, menos habitual y de poca extensión. Sin embargo, y volviendo nuevamente a la obra del ya mencionado Vicente de Cadenas y Vicent se hace una aproximación al posible origen del apellido Crespillo que no deja de ser interesante y que no podemos obviar en este estudio, el cual dice los siguiente: “Antiguo apellido castellano, poco frecuente y repartido por España, si bien se registra sobre todo en la provincia de Málaga, siendo notable su presencia en Barcelona, Madrid, Sevilla y Córdoba, y en menor medida en Cádiz, Badajoz, Alicante ,Valencia, Vizcaya, Guipúzcoa, Granada y Santa Cruz de Tenerife. Procede este apellido, según algunos etimologistas, de apodos relativos a la voz castellana -Crespillo- forma diminutiva de Crespo, antiguamente ”Cabello ondulado, rizado” y, mas tarde ,”cabello ensortijado”. Este apodo haría referencia a los que no tenían el pelo lacio, propio de los nobles, sino los de melena más descuidada, característica de los aldeanos. Hubo, por tanto, distintas casas solares de este apellido, no emparentadas entre si, pues debieron ser varios los individuos así apodados, algunos de los cuales, por el uso y la costumbre, convirtieron dicho apodo en apellido de familia”.

A este origen castellano habría que hacer referencia a otro posible origen levantino-catalán. Existe una palabra dentro del dialecto murciano de época medieval que hace referencia a nuestro apellido, el “crespillo”, pieza de masa muy delgada y fina. Es una palabra que surge por la interferencia del catalán sobre el dialecto murciano. De esta manera el término catalán sería “crespell”. Este otro origen etimológico vendría a rebatir el anterior defendido por Vicente de Cadenas expuesto anteriormente y que hacía referencia a una cualidad, pelo crespo y ensortijado, frente a este nuevo origen donde se relaciona con una profesión o un oficio, los fabricantes de los crespells o crespillos.

Nosotros nos preguntamos si uno de estos pobladores procedente de la región levantina sería conocido con el nombre de Crespill, Crespell o Crespillo [por castellanización del término catalán], haciendo alusión al oficio del que se ocupaban, origen de muchos apellidos. El oficio se transmitía de padres a hijos, sería lógico pensar que este nombre se convirtiera en hereditario. En Murcia y en Granada son famosos los dulces conocidos como “crespillos”. Es probable que los fabricantes de este producto fueran llamados por el resto de vecinos con el nombre de “el de los crespillos”, y que pronto fueran conocidos por este apellido alusivo a la dedicación artesanal de este producto.
Según estos dos orígenes en relación con su etimología, uno castellano y otro levantino-catalán, podemos aseverar que las familias que surgieron con este apellido en Andalucía lo hicieron a partir de la llegada de pobladores procedentes de estas dos regiones geográficas, y, probablemente, lo hicieron en épocas más bien tardías, finales de la Edad Media.

Pero, ¿la primera persona con apellido Crespillo creó a todas las demás?. Habría que explicar que no todas las personas con este nombre pertenecían a la misma estirpe o linaje, se trataría de diferentes casas solares, diferentes familias que surgieron a lo largo de la geografía peninsular, y que probablemente no estarían emparentadas. Es probable que hubieran varios Crespillo en Andalucía en la primera época, siglos XIV-XV, algunos procedentes de Castilla y otros de Aragón, Cataluña o Levante. Todos llegarían a una región nueva, limítrofe entre los reinos de Castilla y Aragón, una vez desparecido el espacio geográfico musulmán, la presencia de catalanes, murcianos, castellanos se concentró en dicho lugar, y esto sucedió en las llamadas repoblaciones tardías, a fines de la Edad Media.
Por las investigaciones realizadas las zonas o regiones geográficas donde se concentra actualmente este apellido son Cataluña y Levante ( Alicante y Valencia), Madrid y varios grupos numerosos en Andalucía en las provincias de Málaga, Cádiz, Sevilla y Córdoba. De todos ellos destaca la provincia de Málaga en localidades como Ronda, Teba, Vélez-Málaga, Antequera y el pequeño municipio de la Axarquía, Salares. Pero, sin duda, el lugar donde el número de personas con este apellido es más numeroso es la zona de Vélez-Málaga, lo cual no quiere decir que sea un núcleo originario del apellido, sino que por circunstancias varias, en esta localidad malagueña se ha incrementado el número de personas con este nombre.
 
No hay que olvidar los Crespillo en Canarias (cf. "Los apellidos en Canarias", de Carlos Platero Fernández) América Latina, especialmente en Argentina, México o en los EE.UU. consecuencia evidente de la emigración a ultramar, y que trataremos en otra ocasión.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Nuestro origen en la repoblación de campesinos de la llamada "Banda morisca".


Entre la Plena y Baja Edad Media (XIII-XV), individuos portadores del apellido Crespillo, procedentes de Castilla se asentarían en los territorios que formaban el antiguo Reino de Sevilla, y contiguo a este, el reino nazarí de Granada. Entre ambos, una extensa frontera, la llamada en la historiografía “banda morisca” donde cristianos y musulmanes lucharon por su defensa hasta la caída de dicho espacio político musulmán a fines del siglo XV.
Las hostilidades entre el reino de Sevilla y el granadino, terminaron con Enrique IV en una última
campaña en 1458. Dos años después, se firmó la paz más duradera entre Castilla y Granada, hasta que en 1482, los Reyes Católicos reanuden la campaña militar que no terminará hasta la conquista del reino nazarí en 1492. Pero para llegar a ese momento final, los diferentes lugares y plazas fronterizas recuperadas al Islam en la frontera granadina, eran inmediatamente repoblados con contingentes humanos de diferente procedencia. Sería en este momento más tardío, y no en otro, cuando algún poblador con el nombre "Crespillo" se afincaría en este espacio inestable e inseguro propio de una frontera, la ya denominada banda morisca. Por otro lado, los acontecimientos históricos confirman el hecho que los siglos XIV-XV, este espacio se va repoblando de manera continua debido a una serie de circunstancias favorables como las que exponemos a continuación: reorganización del poblamiento favorecido por el alejamiento de la frontera granadina más allá de los LLanos de Antequera (1410), y de la Serranía de Ronda (1485); la relación con un incipiente crecimiento demográfico, y posteriormente, con la definitiva desaparición del Reino de Granada en 1492. Por último, el esfuerzo de señores y campesinos que propiciaran las repoblaciones de los siglos XIV-XV y que se extenderá hasta el siglo XVI. El hecho de ser una zona de extraordinaria riqueza económica (cereales y ganadería), para el abastecimiento de los grandes concejos de realengo de Carmona, Écija o Sevilla, atrajo a un gran número de campesinos y repobladores. Será la oligarquía urbana de estos concejos de realengo, detentora de importantes patrimonios, y a los propios concejos municipales a promover el poblamiento de sus cortijos y aldeas de los términos marginales. El asentamiento de pobladores se produjo mediante la concesión a titulo señorial de ciertas tierras incultas para ser roturadas, pobladas y defendidas. De esta forma se gestaron un conjunto de pequeños señoríos, cuyos titulares intentaron por todos los medios posibles atraer vasallos pobladores que pusiesen en explotación las tierras hasta ahora incultas. Un ejemplo claro de estas iniciativas de los señores, es el caso del señor de Teba, que llevaría a cabo la repoblación de la villa de Campillos en 1492 y 1501 respectivamente, al encauzar las actividades repobladoras realizadas particularmente por campesinos procedentes de Osuna, Teba y Antequera. La llegada de estos nuevos pobladores cuya procedencia, como vemos, eran de las tierras próximas, supuso la creación de linajes y casas solares que serían los instauradores de distintos apellidos. Pero, quiénes eran estos individuos que se atrevieron a poblar tierras recién conquistadas. Los hechos nos acercan a personas que querían labrarse un futuro distinto al que tenían, campesinos libres, que habían sido propietarios, carentes de seguridad y sin medios económicos, abocados a convertirse en jornaleros, el sueño de un modesto patrimonio familiar y la segura protección de los señores, fueron la garantía suficiente para avalar el éxito de las repoblaciones tardías en el interior de la Banda Morisca. De esta forma, y a modo de ejemplo, el número de campesinos que poblaron la villa de Campillos en 1501 era un total de 19 pobladores. Curiosamente, uno de ellos, un tal Juan Crespillo, formó parte del grupo de labradores procedentes de Teba que participaron en la puesta en labor de tierras que más tarde formaron la dicha villa.

El Dr. Don Juan Gómez Vallejo y Acuña, cura y beneficiado de Campillos, en el año de 1625 ilustró el Libro de Protocolos que se conservaba en el Archivo parroquial con las primeras noticias acerca de los orígenes y fundación de la incipiente puebla de Campillos y de su Iglesia “(…) En 1516, viendo los dichos labradores que ya había más de sesenta casas, habitadas entre otras por las familias de los Aciegos, Polos, Crespillos y Naharros, y que se quedaban sin misa los días de fiesta, y el trabajo que pasaban en ir a recibir los Sacramentos a Teba, se juntaron Gonzalo Pachón y Miguel Ximenez y fueron a pedir al Iltmo. Sr. D. Diego Deza, Arzobispo de Sevilla, les diese un clérigo que les dijese misas los domingos y fiestas; y se nombró para dicho efecto a Nicolás Gálvez, vecino de Teba; se hizo una iglesia de chozas frontero de donde ahora está la iglesia de Nuestra Señora Sana Ana y se dijo veintiún años, en el cual tiempo se llevaban a bautizar los niños a Teba y desde allí se administraban los Santos Sacramentos a los de este lugar. En 1536 había ciento cincuenta casas y concedió el Arzobispo Cura y Pila de de Bautismo (…)
El 13 de Enero de 1537 se administró el primer bautismo por el presbítero Bartolomé Sánchez Serrano, su primer cura, fecha en que se principió a labrar la Iglesia en el sitio donde hoy se encuentra.
Los documentos ponen en relación tres localidades donde radicaría este apellido. En primer lugar, Teba, en la actual provincia de Málaga, y que por entonces formaría parte del reino y del arzobispado de Sevilla, y por otro, Osuna y Campillos, entre las actuales provincias de Sevilla y Málaga, dos poblaciones muy cercanas (no hay que olvidar Ronda, ciudad en la que hemos encontrado un testimonio mucho más antiguo de la presencia de nuestro apellido). Entre los nuevos avencindados en la nueva villa de Teba, se encuentra esta persona portadora del apellido Crespillo, cuyo linaje y casa solar podría haberse extendido por estos tres concejos y su tierra, todos ellos pertenecientes al reino de Sevilla, algo lógico, si pensamos que los movimientos campesinos en este espacio de frontera y en esta época, consistían en migraciones entre localidades vecinas, muy cercanas unas de otras, lo que se ha venido en llamar un "fenómeno migratorio interior de corto radio".
 
 
Es probable que Juan Crespillo, vecino de esta localidad, así como sus padres, se instalaran en el lugar desde el momento en el que se establecieron dichos privilegios en 1456. Sin embargo esta afirmación nos lleva a otro interrogante, si nuestro poblador llegó a la villa de Teba por los privilegios que se les daba a todos los que en ella se asentaban, ¿cuál era su procedencia?, y de forma más general, ¿cuál era el origen de los primeros pobladores de Teba?.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

martes, 16 de septiembre de 2014

ORÍGENES DEL APELLIDO CRESPILLO

                                                  CRESPILLO EN LA HISTORIA



Firma y rúbrica de Juan de Arroyo Crespillo. Écija, 1588.
 Orígenes del apellido Crespillo. La mención más antigua de nuestro apellido en la Historia.
En el Archivo parroquial del municipio de Campillos, en la provincia de Málaga y en su libro de Protocolos, destruido en la guerra civil, 1936, y que se ha conservado la transcripción del mismo que hizo en 1890 un registrador de la Propiedad llamado D. Antonio Aguilar y Cano (“Apuntes históricos de la villa de Campillos”) aparece documentado el nombre Crespillo. Es una de las menciones más antigua que hemos encontrado y, una vez más, nos adentra en la provincia de Málaga. Reproducimos el texto de manera íntegra: En 1.492, siendo Pontífice Inocencio VIII y reinando en España don Fernando y Dª Isabel, recién ganada Granada, viendo algunos vecinos de Osuna que las correrías de los moros habían cesado y que las tierras eran fértiles y abundantes para la labor, se juntaron Gonzalo Gómez de la Puerta y Nicolás Migolla, Martín de Trujillo, Ruiz de Castilla, Juan de Castilla, Juan de Llamas, Alonso de Quero y Martín Bahamonde, todos vecinos de Osuna, tomaron en arrendamiento a Juan de Guzmán, señor de Teba, noventa cahíces de tierra por nueve años al precio de un cahíz de pan terciado y un par de gallinas por cada cahíz de tierra, todo puesto en Teba, y por la dicha labor y por estar lejos de Osuna hicieron unas chozas para meter sus ganados. Y cumplido el dicho arrendamiento en 1.501, hicieron otro por siete años durante los que se juntaron Juan Cimbro, Francisco López de la Rubia, Juan de Torres, Juan Antonio, Diego y Alonso de Asiego, hermanos, Juan Crespillo, Juan de Luque, Martín de la Zarca y los Polos, y Jerónimo Pascual, y Juan Ruiz de Navarros, todos de Teba, y les pujaron el cuarto a los de Osuna, y comenzaron a labrar las dichas tierras, donde hicieron sus chozas para los ganados, teniendo en Teba sus casas pobladas, donde pagaban sus diezmos y primicias, bautizaban a sus hijos e iban a oír misas. Después de lo cual en 1.508 Gonzalo de Pachón, Miguel Jiménez Alonso, García y otros vecinos de Antequera, se pasaron a labrar estos sitios teniendo sus casas en Antequera y desde dicho tiempo se vinieron otras muchas personas de los Santos y otras partes.”