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jueves, 18 de septiembre de 2014

Nuestro origen en la repoblación de campesinos de la llamada "Banda morisca".


Entre la Plena y Baja Edad Media (XIII-XV), individuos portadores del apellido Crespillo, procedentes de Castilla se asentarían en los territorios que formaban el antiguo Reino de Sevilla, y contiguo a este, el reino nazarí de Granada. Entre ambos, una extensa frontera, la llamada en la historiografía “banda morisca” donde cristianos y musulmanes lucharon por su defensa hasta la caída de dicho espacio político musulmán a fines del siglo XV.
Las hostilidades entre el reino de Sevilla y el granadino, terminaron con Enrique IV en una última
campaña en 1458. Dos años después, se firmó la paz más duradera entre Castilla y Granada, hasta que en 1482, los Reyes Católicos reanuden la campaña militar que no terminará hasta la conquista del reino nazarí en 1492. Pero para llegar a ese momento final, los diferentes lugares y plazas fronterizas recuperadas al Islam en la frontera granadina, eran inmediatamente repoblados con contingentes humanos de diferente procedencia. Sería en este momento más tardío, y no en otro, cuando algún poblador con el nombre "Crespillo" se afincaría en este espacio inestable e inseguro propio de una frontera, la ya denominada banda morisca. Por otro lado, los acontecimientos históricos confirman el hecho que los siglos XIV-XV, este espacio se va repoblando de manera continua debido a una serie de circunstancias favorables como las que exponemos a continuación: reorganización del poblamiento favorecido por el alejamiento de la frontera granadina más allá de los LLanos de Antequera (1410), y de la Serranía de Ronda (1485); la relación con un incipiente crecimiento demográfico, y posteriormente, con la definitiva desaparición del Reino de Granada en 1492. Por último, el esfuerzo de señores y campesinos que propiciaran las repoblaciones de los siglos XIV-XV y que se extenderá hasta el siglo XVI. El hecho de ser una zona de extraordinaria riqueza económica (cereales y ganadería), para el abastecimiento de los grandes concejos de realengo de Carmona, Écija o Sevilla, atrajo a un gran número de campesinos y repobladores. Será la oligarquía urbana de estos concejos de realengo, detentora de importantes patrimonios, y a los propios concejos municipales a promover el poblamiento de sus cortijos y aldeas de los términos marginales. El asentamiento de pobladores se produjo mediante la concesión a titulo señorial de ciertas tierras incultas para ser roturadas, pobladas y defendidas. De esta forma se gestaron un conjunto de pequeños señoríos, cuyos titulares intentaron por todos los medios posibles atraer vasallos pobladores que pusiesen en explotación las tierras hasta ahora incultas. Un ejemplo claro de estas iniciativas de los señores, es el caso del señor de Teba, que llevaría a cabo la repoblación de la villa de Campillos en 1492 y 1501 respectivamente, al encauzar las actividades repobladoras realizadas particularmente por campesinos procedentes de Osuna, Teba y Antequera. La llegada de estos nuevos pobladores cuya procedencia, como vemos, eran de las tierras próximas, supuso la creación de linajes y casas solares que serían los instauradores de distintos apellidos. Pero, quiénes eran estos individuos que se atrevieron a poblar tierras recién conquistadas. Los hechos nos acercan a personas que querían labrarse un futuro distinto al que tenían, campesinos libres, que habían sido propietarios, carentes de seguridad y sin medios económicos, abocados a convertirse en jornaleros, el sueño de un modesto patrimonio familiar y la segura protección de los señores, fueron la garantía suficiente para avalar el éxito de las repoblaciones tardías en el interior de la Banda Morisca. De esta forma, y a modo de ejemplo, el número de campesinos que poblaron la villa de Campillos en 1501 era un total de 19 pobladores. Curiosamente, uno de ellos, un tal Juan Crespillo, formó parte del grupo de labradores procedentes de Teba que participaron en la puesta en labor de tierras que más tarde formaron la dicha villa.

El Dr. Don Juan Gómez Vallejo y Acuña, cura y beneficiado de Campillos, en el año de 1625 ilustró el Libro de Protocolos que se conservaba en el Archivo parroquial con las primeras noticias acerca de los orígenes y fundación de la incipiente puebla de Campillos y de su Iglesia “(…) En 1516, viendo los dichos labradores que ya había más de sesenta casas, habitadas entre otras por las familias de los Aciegos, Polos, Crespillos y Naharros, y que se quedaban sin misa los días de fiesta, y el trabajo que pasaban en ir a recibir los Sacramentos a Teba, se juntaron Gonzalo Pachón y Miguel Ximenez y fueron a pedir al Iltmo. Sr. D. Diego Deza, Arzobispo de Sevilla, les diese un clérigo que les dijese misas los domingos y fiestas; y se nombró para dicho efecto a Nicolás Gálvez, vecino de Teba; se hizo una iglesia de chozas frontero de donde ahora está la iglesia de Nuestra Señora Sana Ana y se dijo veintiún años, en el cual tiempo se llevaban a bautizar los niños a Teba y desde allí se administraban los Santos Sacramentos a los de este lugar. En 1536 había ciento cincuenta casas y concedió el Arzobispo Cura y Pila de de Bautismo (…)
El 13 de Enero de 1537 se administró el primer bautismo por el presbítero Bartolomé Sánchez Serrano, su primer cura, fecha en que se principió a labrar la Iglesia en el sitio donde hoy se encuentra.
Los documentos ponen en relación tres localidades donde radicaría este apellido. En primer lugar, Teba, en la actual provincia de Málaga, y que por entonces formaría parte del reino y del arzobispado de Sevilla, y por otro, Osuna y Campillos, entre las actuales provincias de Sevilla y Málaga, dos poblaciones muy cercanas (no hay que olvidar Ronda, ciudad en la que hemos encontrado un testimonio mucho más antiguo de la presencia de nuestro apellido). Entre los nuevos avencindados en la nueva villa de Teba, se encuentra esta persona portadora del apellido Crespillo, cuyo linaje y casa solar podría haberse extendido por estos tres concejos y su tierra, todos ellos pertenecientes al reino de Sevilla, algo lógico, si pensamos que los movimientos campesinos en este espacio de frontera y en esta época, consistían en migraciones entre localidades vecinas, muy cercanas unas de otras, lo que se ha venido en llamar un "fenómeno migratorio interior de corto radio".
 
 
Es probable que Juan Crespillo, vecino de esta localidad, así como sus padres, se instalaran en el lugar desde el momento en el que se establecieron dichos privilegios en 1456. Sin embargo esta afirmación nos lleva a otro interrogante, si nuestro poblador llegó a la villa de Teba por los privilegios que se les daba a todos los que en ella se asentaban, ¿cuál era su procedencia?, y de forma más general, ¿cuál era el origen de los primeros pobladores de Teba?.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

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