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domingo, 28 de diciembre de 2014

CONSEJOS, CURIOSIDADES ...(4)

LOS LIBROS SACRAMENTALES:  LOS LIBROS DE BAUTISMO.
 
En esta ocasión os doy algunas recomendaciones para la búsqueda de nuestros ancestros en los libros sacramentales. Se trata de unos libros en los que se registraban los bautismos, matrimonios y defunciones de los vecinos que formaban parte de una determinada parroquia. 
Con respecto a los libros de bautismos será D. Alonso de Cartagena, obispo de Burgos en su Sínodo de 1443 quien mandó la confección de registros de bautizados, disposición que luego sería recogida en el Sínodo de Cisneros de 1498. Estas medidas se extendieron después a toda la Iglesia  a través del Concilio de Trento, 1562, donde se hicieron obligatorios los registros parroquiales de la población que cumplía algunos Sacramentos de la Iglesia. Así se confeccionaron los Libros de Bautismos, de Defunciones y de Casamientos o Velaciones. Fueron una prueba documental para la formación de las familias ligadas a ciertos sacramentos como el de bautismo y el de matrimonio. Desde el año 1614, por mediación del papa Paulo V se extiende también los registros a los fallecidos.
 
¿ Cómo buscar nuestros ancestros en los libros de bautismos ?. En primer lugar hay que buscar en los libros índices de bautismos. Suelen ser varios tomos numerados donde aparecen los años de registros. Están ordenados por años, y clasificados nominalmente, es decir por el nombre de pila, nunca por apellidos, al menos los de los siglos XVI,  XVII y XVIII. Detrás del nombre de pila aparece la expresión "hijo de.." y detrás, el nombre y primera apellido del padre y de la madre. Si tenemos la suerte de encontrar a un antepasado en alguna de las letras del índice, anotamos los datos que aparecen en el margen derecho, que corresponde a una numeración, o dicho de otro modo al documento foliado. El número de folio viene acompañado de una abreviatura que puede ser rcto. [recto] o vto. [vuelto]. En el primer caso se trata del folio o página  par, y si es vuelto, las páginas impares del libro de registro de bautismo concreto. Saber el año y el folio no es suficiente. Hay un último dato fundamental, el número del libro en el que se encuentra. Desde la pagina del índice donde hemos hallado nuestro antepasado id pasando las páginas hacia atrás, año por año hasta que encontréis encima de uno de los años el título de "Libro Nº ...". Ya tenéis todos los datos del registro que deben ser tres: año, folio y número del libro. Con estos datos el párroco os podrá facilitar el libro concreto de la decenas de libros que se encuentra en el armario de la sacristía normalmente. Cuando os lo facilite, buscáis con estos datos el año, allí aparecerán ya sin orden alfabético todas las personas que se bautizaron en esa iglesia en ese año. Buscáis el número de folio que anotasteis, y allí debe aparecer vuestro antepasado. 
 
 
Extracto del libro índice de bautismo. Año 1653.  Letra P. Fol. 25. Paulo, hijo de Pedro Crespillo y Juana de Vega.
 
Libro de registro de bautismo correspondiente al bautizo de la persona encontrada en el libro índice de la imagen anterior.
 

domingo, 21 de diciembre de 2014

CONSEJOS, CURIOSIDADES...(3)

LOS PADRONES DE VECINDARIO.

Los padrones surgen por una necesidad de control de la población no sólo por motivos puramente demográficos sino también por razones de tipo fiscal o militar. Para utilizar un documento de estas características hay que acudir a los archivos municipales donde suelen encontrarse. Se trata de buscar entre los diferentes libros los años concretos que buscamos, normalmente no se hacían todos los años, sino  cada dos o tres, aunque no existe una regla fija en cuanto el tiempo que pasaba entre un padrón y otro. Las autoridades municipales, acompañadas por un escribano solían recorrer calle por calle y casa por casa para registrar a los vecinos que residían en cada una de ellas. Era frecuente que en cada casa se encontraran varias familias viviendo. No se afiliaban todos los miembros sino únicamente el cabeza de familia. También se registraban a mujeres solas, solteras y viudas. En ocasiones se citan a los hijos, especialmente los varones, que viven en la unidad familiar, siempre que fueran mayores de siete u ocho años, utilizando la expresión "parbulos" para los de menor edad.  Las casas se van numerando del 1 hasta contabilizar la última vivienda, pero se da el caso frecuente que al siguiente padrón los números de las mismas cambien. Esto se debe a que los responsables de efectuar el padrón entren por el otro lado de la calle, empezando a contar las casas por el lado contrario por lo que la numeración cambia totalmente con respecto al padrón anterior.
El total de personas o habitantes que se registra en un padrón es sólo aproximado. Se contabiliza en vecinos y no en habitantes como los padrones actuales. Para conocer una cifra estimada del numero de personas en un padrón suele utilizarse un coeficiente, 4 ó 5 que correspondería al número aproximado de personas que compondría la unidad familiar. El número total de vecinos habría que multiplicarlo, por tanto, por este coeficiente para conocer aproximadamente el número total de habitantes.
Son numerosos los errores que se dan en este tipo de fuentes, algo normal por otro lado. Nadie quería empadronarse de buena gana para pagar impuesto o para el reclutamiento, por lo que se utilizan artimañas para evitar ser registrado en el padrón. Otras veces, cuando las autoridades del padrón van a una casa, puede que alguna familia no se encuentra en ese momento, y son los propios vecinos los que dan la información, por lo que los errores en cuanto a la edad, nombres y apellidos son bastante frecuentes.
Padrón de vecinos de Écija, S. XVIII. Agustín Crespillo.

domingo, 30 de noviembre de 2014

CONSEJOS, CURIOSIDADES Y ANECDOTARIO EN LA ELABORACIÓN DEL ÁRBOL GENEALÓGICO (II)

LOS PADRONES DE CONFESIÓN
 
Comenzamos esta sesión con el título que avanzamos hace ya algunas semanas con un documento importante y poco conocido para los no iniciados en genealogía, se trata de los padrones de confesión, también llamados de cumplimiento pascual. Constituyen una fuente de investigación histórica y, por ende, genealógica de primera mano. Se utilizan especialmente para una estimación bastante fidedigna  del número de personas que vivieron en una ciudad o pueblo, repartidos por collaciones o distritos parroquiales.
Las personas al nacer se convertían en “almas”. A los 7 u 8 años, eran llamadas “almas de razón” pues ya habían recibido el sacramento de la Penitencia. Años más tarde al recibir la Eucaristía ya formaban parte de las llamadas “almas de confesión” y quedaban recogidos en unos padrones denominados “padrones de confesión y comunión”, también llamados “padrones de cumplimiento pascual”, elaborados por los propios curas de las parroquias quienes se repartían los feligreses de cada una de las collaciones o distritos parroquiales. Las autoridades eclesiásticas como los llamados "visitadores" comprobaban dichas listas de vecinos. Eran los párrocos los encargados de recorrer las calles y las casas, a veces acompañados del visitador para comprobar el cumplimiento de dichos sacramentos por parte de los feligreses. Asentaban las personas cuya edad poseía la “discreción” necesaria para la recepción de ambos sacramentos obligatorios, y la lista la completaban cada año, especificando en ellos los que hubieran muerto, o añadiendo nuevas almas a la tarea pastoral, pues todos los años solían cambiar, bien por la llegada o mudanzas de vecinos ala collación o, lo más normal, por el  acceso a la edad obligatoria establecidas al cumplir los 7 años de aquellos niños o niñas que en el año anterior no se hubieran registrado porque eran menores o “párvulos” también llamados “almas infantiles”, es decir menores de 7 años.
 
 
 
Hoja del padrón de confesión de la parroquia de  Santa Cruz (Écija). S. XVIII
 
¿ Cuál es el interés genealógico de estos padrones?. En cada hoja, como la que vemos a la izquierda del libro, aparecen los feligreses que formaban una familia, excepto los menores de 7 años, son registrados por casas y por calles como podemos observar. Se incluye a todos los miembros de la familia tanto hombres como mujeres, y además incluye el parentesco que en este caso no se aprecia porque suele encontrarse a la derecha de la hoja, donde termina la línea horizontal.
Hay que solicitar dichos documentos en la parroquia correspondiente, y si no están muy deteriorados puede que te dejen consultarlo.

sábado, 15 de noviembre de 2014

PASAJEROS A INDIAS (4)

RUMBO A ARGENTINA.

Relación de personas con el apellido Crespillo que partieron desde diversos puertos de España y América en la primera mitad del S. XX rumbo a Argentina.


Enrique Crespillo, de 30 años, lugar de nacimiento desconocido, casado, de profesión jornalero. Partió del puerto de Málaga en el barco José Gallart. Arribó a Argentina el 21 de Noviembre de 1921.

Federico Crespillo, de 31 años, lugar de nacimiento desconocido, casado, profesión comerciante. Arribó  a Argentina el 25 de febrero de 1909 en el barco León XIII que partió del puerto de Málaga.

Remedios Crespillo, de 45 años, lugar de nacimiento desconocido, profesión "su casa". Arribó  a Argentina el 10 de abril de 1910 en el barco Puerto Rico que partió del puerto de Río de Janeiro.

Remedios Crespillo, de 45 años, casada, profesión su casa, llegó a Argentina en el barco P. De Satrustegui, desde el puerto de Málaga, el 26 de septiembre de 1910.

Enrique Crespillo, de 34 años, profesión jornalero, lugar de nacimiento desconocido. Llegó a Argentina en el barco Provence, desde el puerto de Gibraltar, el 7 de agosto de 1911.

María Crespillo, de 31 años, casada, lugar de nacimiento desconocido. Sin profesión. LLegó a Argentina en el barco Provence, desde el puerto de Gibraltar, el 7 de agosto de 1911.

Francisca Crespillo de 4 años de edad. LLegó a Argentina a bordo del barco Provence, desde el puerto de Gibraltar, el 7 de agosto de 1911.

Francisco Crespillo, de 8 años de edad, llegó a Argentina a bordo del barco Garibaldi el 1 de septiembre de 1913, desde el puerto de Gibraltar.

J.R. Crespillo, de 8 años de edad, llegó a Argentina a bordo del barco Garibaldi el 1 de septiembre de 1913, desde el puerto de Gibraltar.

Domingo Crespillo, de 13 años, estado civil soltero, de profesión agricultor. LLegó a Argentina a bordo del barco Flandre [puede que sea Flandes], el 23 de noviembre de 1923, desde el puerto de Santos.

Antonio Crespillo, de nacionalidad brasileño, de 1 año, soltero, lugar de nacimiento, San Pablo. LLegó en el barco Flandre [puede que sea Flandes] a Argentina, desde el puerto de Santos, el 23 de noviembre de 1923.

M. Crespillo, de 52 años de edad, casada. Nacimiento en Málaga, de profesión ama de casa. Partió del puerto de Barcelona, y llegó a Argentina en el barco Infanta Isabel de Borbón, el 22 de abril de 1924.

Antonio Crespillo, de 31 años, casado, nacido en Málaga, de profesión labrador. Partió del puerto de Málaga a bordo del barco Infanta Isabel de Borbón. Arribó a Argentina el 19 de marzo de 1928.

Jose María Crespillo, de edad de 34 años, casado, nacido en Tolosa, de profesión encuadernador. Partió del puerto de Bilbao en el barco Córdoba, y arribó a Argentina el el 26 de febrero de 1951.

María Isabel y su hermana María Irascun de 7 y 4 años de edad respectivamente, naturales de Villabona. Partieron del puerto de Bilbao en el barco Alberto Durero, y arribaron a Argentina el 11 de mayo de 1952.

Francisco Fernández Crespillo, de 56 años de edad, casado, natural de Málaga, de profesión empleado. Partió del puerto de Barcelona a bordo del barco Salta, y arribó a Argentina el 25 de septiembre de 1952.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

CONSEJOS, CURIOSIDADES Y ANECDOTARIO EN LA ELABORACIÓN DEL ÁRBOL GENEALÓGICO (I)

A MODO DE INTRODUCCIÓN

Esta nueva sección que abrimos en "Crespillo en la Historia", tiene por objeto aportar conocimientos sobre la elaboración de nuestro árbol genealógico. Internet es una herramienta que todos utilizamos y conocemos por lo que mucho de lo que se cuente en esta sección ya lo habéis puesto en práctica con toda seguridad, sin embargo quiero aportar toda la experiencia que he ido acumulando en mis horas de investigación con todo aquello que pueda resultar curioso, anecdótico o, incluso, experiencias o hallazgos sorprendentes. No olvidaré direcciones útiles que podáis consultar. Espero que disfrutéis como yo de esta experiencia maravillosa de bucear en nuestro pasado más remoto.

[EN ELABORACIÓN]

viernes, 14 de noviembre de 2014

CRESPILLO EN ANTEQUERA (1)

Juan Crespillo y su relación con la Iglesia del Salvador de Antequera. Año 1675
 
Fue el primer templo consagrado a la cristiandad, cuando Antequera fue arrebatada a los musulmanes en 1410. Fue también un lugar destacado dentro de la esfera municipal al utilizarse sus dependencias como sala de reuniones del concejo y albergar las tumbas de los conquistadores, cuyas familias se perpetuaron en el gobierno de la ciudad, y se convirtieron en la nobleza antequerana. Cuando Fernando de Aragón conquista la plaza en 1410 convirtió la mezquita en el templo de San Salvador. De él sólo se conservan algunos testimonios escritos. La importancia del templo radicaba en que en sus dependencias se reunía el concejo de la ciudad durante los siglos XV y XVI. En el transcurso de los años llegaron nuevos pobladores a la ciudad alentados por la exención de impuestos como el de las alcábalas, y la repoblación de zonas más ricas de la vega antequerana hizo que la collación de San Salvador fuera perdiendo feligreses, agravado por episodios como la peste de mediados del siglo XVII. En 1667 se llevó a cabo por las autoridades eclesiásticas la extinción del templo, quedando relegada a ermita. En 1675 el concejo, del que ahora depende la ermita, lleva a cabo esfuerzos para rehabilitarla. Se funda una capellanía dotándola anualmente por vía de limosna, de cincuenta ducados y doce fanegas de trigo. La ciudad ostenta el privilegio de elegir y destituir al capellán. En la sesión del concejo celebrado el 22 de febrero de 1675, se elige al primer capellán para llevar a cabo este cometido que recae en el presbítero, Juan Crespillo.
 
Fuente: Archivo Histórico Municipal de Antequera. Fondo Municipal. Sección Gobierno. Libro de Actas Capitulares Nº 1669. Sesión del 22 de febrero de 1675.

miércoles, 29 de octubre de 2014

PASAJEROS A INDIAS (3)

DE LA VILLA DE TEBA (MÁLAGA) A NUEVA ESPAÑA (AÑO 1618).



María Crespillo, de 30 años de edad, pequeña de cuerpo, y trigueña, vecina de la villa de Teba (Málaga), era esposa de Juan Bautista Holgado, de edad de 40 años, de buen cuerpo, con algunas señales de pólvora en la frente, y en la muñeca izquierda, una quemadura de pólvora. En 1618 pidieron licencia e información para pasar a las Indias, y en concreto a Nueva España, junto con sus tres hijas: Juana, Isabel y Ana [Holgado Crespillo], y su sobrina Ana de Muro.
María Crespillo tuvo que demostrar que sus padres y abuelos eran cristianos viejos, para lo cual se hace mención a los mismos: abuelos paternos: Juan de Vilches y Doña Ana María Rodríguez, y abuelos maternos, Juan Ruiz del Muro y a Doña Isabel Crespillo. Que su marido era Juan Bautista Holgado, hijo de Martín Holgado y de Juana de la Cruz, todos vecinos y naturales de Teba. Que el dicho Juan Bautista Holgado fue casado y velado con la dicha María Crespillo desde hace 14 años y que habían procreado a varios hijos que son Doña Juana de doce años, Isabel de cinco años, y Ana de dos. Que la dicha Ana del Muro, doncella, es hija de Antón de Guerra y de Ana García del Muro, la cual hubieron durante su matrimonio y que a la edad de dos años, los dichos sus padres murieron en la villa de Teba, y por ser huérfana la criaron y que es de edad de 15 años poco más o menos.
Los testigos interrogados confirmaron los anteriores parentescos, y saben que Juan Bautista y María, al igual que sus abuelos paternos y maternos, fueron casados y velados,  y que hicieron vida maritable.
Licencia concedida el 12 de junio de 1618.
 
Fuentes: Archivo General de Indias. Contratación. 5360, N. 70.
 






viernes, 17 de octubre de 2014

CRESPILLO EN LA INQUISICIÓN (1)


Juan de Arroyo Crespillo, clérigo, acusado por el Tribunal de la Inquisición de Córdoba.  Año 1597.

[ Juan de Arroyo Crespillo y su padre, no sospechaban en el lío que se iban a meter con la compra de unas casas a unos vendedores acusados de herejía ]



Grabado sobre la Inquisición.

Siendo todavía muy joven, Juan de Arroyo Crespillo, inició su carrera eclesiástica en Écija como clérigo de menores órdenes. Sin embargo pronto se inició junto con su padre, en los negocios del mercado del aceite. Son pocos los ejemplos de eclesiásticos dedicados a la actividad comercial, aunque la mayoría fueron objeto de condena por parte de la Iglesia.
 
El ingresar en el clero no sólo fue una salida profesional y lucrativa en muchos casos, también suponía estar al margen de la justicia ordinaria. Gran importancia tuvo el privilegio del fuero, mediante el cual, el clérigo sólo podía ser juzgado por las diversas instituciones eclesiásticas, librándose de la jurisdicción temporal en los enjuiciamientos civiles y penales. Sin embargo, su condición de eclesiástico no le iba a eximir de sus problemas con la justicia que comenzaron a raíz de la herencia de un importante patrimonio inmobiliario que heredó de su padre, Juan Prieto Arroyo. La posesión de unas casas junto con unas tiendas en la calle Odrería, en la ciudad de Écija, en la collación de Santa Bárbara, valoradas en 337.500 maravedíes,  y compradas por su padre, le va a reportar un conflicto con la jurisdicción religiosa representada por el Santo Oficio de Córdoba, a cuya jurisdicción pertenecía la vicaría de Écija. La Inquisición fue, por su propia naturaleza, una fuente inagotable de problemas jurídicos. Las acusaciones del Santo Oficio, multiplicaron los litigios, pues los acusados se defendían con todas las armas que tenían a su alcance durante años. El Fisco Real del tribunal de la Inquisición de Córdoba iniciará un pleito el 19 de Noviembre de 1597 contra el mercader ecijano por la propiedad de dichas casas, un conflicto jurídico entre partes que se eternizará durante años, incluso después de su fallecimiento en 1618.

El litigio se produjo cuando Juan Prieto, compró unas casas a los acusados de herejía, Francisco de Morales, escribano público de Cabra, y vecino de Écija, y su mujer Catalina Hernández de LLerena que las había recibido esta última como dote. La demanda que el fisco del Tribunal de la Inquisición de Córdoba presentó al mercader y a su padre, ponía en entredicho la propiedad de estos bienes inmuebles y de sus rentas, que venía justificado porque la compra de los mismos, se había realizado años después de que los vendedores, Francisco y Catalina, hubieran sido declarados como herejes. La escritura de compra se produjo en Écija el primero de diciembre de 1578, mientras que el delito de herejía comenzarían a cometerlo en 1575, es decir tres años antes de que la dicha Catalina de LLerena vendiera las casas.
Desde que se produjo la demanda del fisco en Noviembre de 1597 hasta el año 1600, Juan de Arroyo Crespillo, permaneció recluido en las cárceles de la Inquisición de Córdoba. La sentencia contra Juan y sus procuradores, vistas todas las pruebas, concluía el 17 de Enero de 1600 con la restitución por parte de este último, y en los seis días siguientes a la notificación, de las casas junto con las tiendas al fisco Real, con todo lo que habían rentado desde el 19 de diciembre de 1597. Fue firmada por el licenciado Iñigo de Leciñiana, Inquisidor de Córdoba y juez de bienes confiscados.
 
 
 
 

sábado, 11 de octubre de 2014

El apellido Crespillo en tierras castellanas: la ciudad de Trujillo. Año 1496.

Trujillo (Cáceres) es una cita obligada en nuestro recorrido por la historia de nuestro apellido. Será el rey Juan II quien conceda el título de ciudad en 1430. Habrá que esperar varias décadas después de esta solemne fecha cuando veamos, por vez primera, la mención de nuestro apellido.
Conocemos la existencia de una casa solar en los límites más occidentales del Reino de Sevilla, en Extremadura, concretamente en Cáceres, de claro origen castellano, donde aparece un linaje con el apellido Crespillo de estirpe nobiliaria frente a otros formados, seguramente, por personas dedicadas fundamentalmente a las labores del campo. Sería razonable pensar que individuos con el apellido se trasladaran desde Extremadura hacia otras zonas reconquistadas en Andalucía, reinos de Sevilla o de Córdoba.
En el archivo municipal de Trujillo existe una mención a un tal Gonzalo Crespillo que aparece entre los diferentes cargos concejiles, tras las elecciones que tienen lugar en la ciudad por orden de los Reyes Católicos en 1494, y celebradas en noviembre de 1496. Trujillo era junto con los dominios de la Orden de Santiago en Extremadura, los únicos puntos donde se hacían elecciones para los cargos en el siglo XV, mientras que en el resto de la ciudades solariegas o realengas, los cargos se asignan por designación señorial o regia. Este último caso es el de Trujillo, además con la particularidad de que los cargos se lo reparten entre nobles y plebeyos. El que desempeñaba nuestro protagonista era un cargo menor, concretamente el responsable del “peso”, junto a Martín de Escobar y Sancho del Mirón. Tres linajes se repartían, por tanto, la administración de la ciudad. El de Gonzalo Crespillo era el de los Añascos que presumiblemente procedían de Toledo o, según otros autores, de las montañas de Burgos.
[ Fuente: Linajes trujillanos y cargos concejiles en el S. XV. Carmen Fernández-Daza Alvear. Universidad Complutense. p. 431.]
Los datos que nos aporta este documento son interesantes pues permite confirmar la teoría de Vicente de Cadenas y Vicent que nos proponía un origen castellano, y más concretamente burgalés, entre los orígenes de nuestro apellido.
La casa solar de los Crespillo permanecería arraigada en la ciudad, a través de distintas ramas familiares que serían portadoras de nuestro patronímico. El archivo municipal de Trujillo entre sus innumerables legados y documentos, conserva una escritura de venta donde se menciona, una vez más, nuestro apellido. Se trata de la escritura de venta de unas casas otorgada por Inés de Tapia, mujer de Pedro Crespillo, a favor del licenciado García de Toro, situadas en la Plaza, linderas por una parte con casas de Martín Alonso, espadero, y por otras, con casas de Gonzalo de Sanabria, en 540 ducados de oro, que eran 202. 500 maravedíes, más con cargo y tributo de 750 maravedíes y cuatro gallinas y cuatro pollos de renta de censo. En Trujillo a 5 de abril de 1553, ante el escribano Alfonso Díaz de Mena. [Fuente: Archivo Municipal de Trujillo. Leg. 29, carpeta 17. 7 folios].
 
 
Plaza Mayor de Trujillo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

domingo, 5 de octubre de 2014

PASAJEROS A INDIAS (2).


Alonso de la Cruz Crespillo (1589-?).

En diciembre de 1610 se presentó Alonso de la Cruz Crespillo, como pretendiente para pasar a las Indias, y pidió la siguiente averiguación ante el alcalde mayor de Antequera, el Doctor Francisco Diaz Villalón, e por D. Fernando Enríquez de Linares, corregidor de ella por su majestad, y por ante mi el escribano. [Se formulan una serie de cuestiones que después ratificaran los correspondientes testigos. Incluye fe de bautismo]. De toda la información se desprende que Alonso de la Cruz era natural de Antequera, bautizado en la Iglesia de San Pedro de esta ciudad, el 10 de mayo de 1589, que es hijo legítimo de Alonso González Crespillo y María Romera, que fueron casados y velados según la santa Iglesia. Cristiano viejo,  que es de edad de 22 años, de buen cuerpo, barbado con una señal de carbunco en la sien del lado izquierdo e otra señal de herida en la muñeca del brazo izquierdo. Soltero, que no he sido casado y que soy persona libre para contraer matrimonio, no he cometido ningún delito, por el que desmerezca mi persona, e soy pacifico, honesto e recoxido de buena vida e fama y en tal posesión tenido. Abuelos paternos: Pedro Gil e Catalina Alvarez, abuelos maternos: Pedro Sánchez de los Herradores y María Romera; todos vecinos de la dicha ciudad de Antequera, gente muy honrada y cristianos viejos. Que el hermano legítimo de su padre, Gabriel Gonzalez Crespillo es familiar del Santo Oficio de la Santa Inquisición de este reino de Granada.
 
En 1618 en el Expediente de información y licencia de pasajero a Indias de Alonso Carillo de Orozco, gobernador de las provincias de los Musos y Colimas, al Nuevo Reino de Granada, pide permiso para que le  acompañaran seis criados, todos naturales y vecinos de Antequera, uno de ellos era el propio Alonso de la Cruz Crespillo.
Unos años después, en 1621, en la ciudad de los Reyes del Perú [antiguo nombre de la fundación de la ciudad de Lima por los españoles en 1535] en dos días del mes de marzo del dicho año, se produce una petición de Alonso de la Cruz Crespillo, ante D. Juan Arévalo de Espinosa, Caballero del Hábito del Alcántara, Alguacil Mayor de la Inquisición de este reino, y alcalde ordinario de esta ciudad, para el oficio de escribano y notario público de estos reinos. Presentó los requisitos para tal oficio por lo que dice que reside en estos reinos más de quince años, que tiene de caudal más de 500 pesos, y que el hermano legítimo de su padre, Gabriel Gonzalez Crespillo es familiar del Santo Oficio de la Santa Inquisición de este reino de Granada.
 
 
[Transcripción libre de los documentos abajo mencionados].
Fuentes: Archivo General de Indias, Contratación, 5360, N. 14; Archivo General de Indias, Lima, 183, N. 77.


 

viernes, 3 de octubre de 2014

Redención de cautivos cristianos: el caso de Pedro Crespillo. Año 1632.

 
Pedro Crespillo [ de la Puebla ] nacido en 1607, natural y vecino de Écija, trabajador del campo, era hijo de Pedro Fernández Crespillo y de María de la Puebla, ambos vecinos de la ciudad astigitana.
Hacia el año 1626-27 debió organizarse en Écija un levantamiento de soldados para acudir en ayuda de las posesiones que la monarquía de Felipe III tenía en las costas de Marruecos. No era la primera vez que Écija aportaba soldados para sostener la política exterior de España en el Norte de África, y más concretamente, para la defensa de La Mámora.  Tal vez, Pedro Crespillo junto con varios vecinos de Écija y de pueblos próximos, como el caso de Carmona, se alistó como voluntario para formar parte del ejército de infantería, y poder obtener así algún dinero como soldado de su magestad. En un momento en que todavía el sistema de reclutamiento era más o menos voluntario, el obtener los soldados necesarios para una empresa militar era una labor ardua por la dificultad de reunir el número suficiente de hombres. Era frecuente que los capitanes nombrados por el rey para levantar dicho contingente, dispusiera de oficiales que recorrían los pueblos de su distrito con el fin de buscar varones para completar el número necesario de la compañía.
¿Cuál sería la razón que llevó a nuestro protagonista inscribirse en el ejército?. Probablemente las necesidades económicas llevó a Pedro a obtener los ingresos necesarios que el campo no le ofrecía. En ocasiones los reclutadores preferían acudir a lugares con tierras buenas, fértiles y populosas donde los excedentes de la mano de obra fueran posibles. Pedro debió encontrarse en esos momentos sin trabajo en el campo y con dificultades económicas lo que le llevó a su ingreso en el ejército. Los pocos soldados reclutados debieron trasladarse, desde Écija junto con el resto de la compañía, hacia la ciudad de Cádiz. Allí se embarcaría en las llamadas "galeras de España".
 
 
Dibujo de una galera del S. XVII-XVIII
 
Tras la travesía del Estrecho, partieron hacia el sur de la ciudad de Larache. La misión era defender los territorios de La Mámora.
Sin embargo su destino sería otro, una húmeda mazmorra de la antigua alcazaba llamada de Salé.
Fue en la defensa de esta plaza cuando Pedro Crespillo, junto con otros soldados embarcados en una de estas viejas galeras, fue hecho prisionero por los moriscos de la alcazaba de Salé. Pedro se encontraba en la barra de La Mámora, cuando su embarcación encalló en un banco de arena. En esta circunstancias y estando a merced del enemigo que los rodeaba, fue capturado junto con el resto de soldados y marineros.
 

Plano de la fortaleza de La Mámora

Probablemente el episodio tuvo lugar entre 1626-1627. Existen algunas referencias en la historiografía en la que se comenta la noticia de la pérdida de dos galeras en este último año.
Toda la información acerca de la liberación de estos cristianos cautivos en el Norte de África, las peripecias del viaje, y toda una serie de detalles del mismo, aparecen en los llamados libros de redenciones, recopilados por los frailes trinitarios, sus liberadores, que efectuaron más de una veintena de viajes a Berbería a lo largo del S. XVII, y fuente utilizada por nosotros para redactar estas líneas.
El destino de todos los cautivos capturados era el permanecer recluidos hasta su rescate, que consistía en el pago de cierta cantidad de dinero y especie por parte de instituciones o particulares procedentes de España. El sistema utilizado era el del canje. Sin embargo, la situación de cada uno de ellos era más que incierta y, en muchos casos, la mayoría no regresó. A las penosas condiciones de vida, y a la espera del posible rescate se les unía las enfermedades y las bajas por efecto de las epidemias. Se rescataron más de un millar de cautivos originarios de España y de otros países. Además de soldados, se liberaron personas de diversa condición económica y social, como religiosos, pescadores, comerciantes, pastores, o simplemente, viajeros que volvían de las Indias. Aunque la mayoría de los encarcelados eran hombres, también era frecuente encontrar a mujeres y niños. Uno de los integrantes de estas listas de cristianos redimidos fue el protagonista de este artículo, Pedro Crespillo, que junto con otros soldados, algunos de Écija, de Sevilla y otras localidades, formaron parte del grupo de los cautivos redimidos de Salé en 1632. 
Pedro permaneció prisionero cinco años y medio, un tiempo bastante largo para poder resistir en las duras condiciones en las que se encotraban los encarcelados, probablemente su juventud, 25 años de edad, y su buen estado de salud, se lo permitió. Fue Fray Sebastián de la Madre de Dios, de la Orden de los Descalzos de la Trinidad, el encargado de la redención que se llevó a cabo en agosto de ese último año. En el número 39 del total de 51 cautivos redimidos, aparece la inscripción correspondiente a Pedro Crespillo con la siguiente información:

39. Pº Crespillo. 2.720 Reales.
Rescatose Pedro Crespillo, natural de la ciudad Ecija, de 25 años de edad, hijo Pedro Fernández Crespillo y María de la Puebla, hace cinco años y medio que fue cautivado en la barra de la Mamora en las galeras de España a que iban a dar socorro a dicha plaza yendo por soldado en ellas. Todo este tiempo lleva cautivo en la Alcazaba de Sale, en poder de Amet Hezote con el cual el padre redentor concertó su rescate en 2720 reales, la una parte en plata doble, y las dos en haciendas de bonetes y paños belartes, palmillas y cochinillas. Pagados en Larache, y en fe de ello, lo firmé con el dicho redentor. Fray Sebastián de la Madre de Dios y Tomás de Carrero, escribano.
Realizadas las diligencias necesarias con las autoridades musulmanas, y concluido el canje, los padres redentores iniciaron el viaje de regreso a España, no sin algunas penalidades. Así podemos constatar por el libro de la redención, como la partida desde la fortaleza de La Mámora hasta Larache, en dos barcos en los que se encontraban los cautivos junto a los religiosos y el escribano, se vieron sorprendidos por una fuerte tempestad en medio del mar. Ninguno de los cautivos liberados pereció en la tormenta, y todos, según nos cuentan los frailes, llegaron sanos y salvo a su destino.
Una vez en España, los padres trinitarios organizaron el viaje de regreso hasta Sevilla desde la ciudad de Tarifa, el 26 de septiembre de ese último año.
 
Todas las empresas de la redención terminaban en la capital hispalense con una procesión por las principales calles de la ciudad, donde el padre redentor y los demás religiosos, caminaban en fila junto a los cautivos liberados. Aunque los padres redentores continuaban después su marcha hasta Madrid, lugar donde concluía la empresa de la redención, será en la capital andaluza donde entregaban a los cautivos los correspondientes autorizaciones. Se trataría de pasaportes o salvoconductos con el sello de la redención que les permitía transitar por los caminos sin peligro de ser nuevamente apresados por las autoridades, y poder volver a sus lugares de origen. Con ropa y calzado proporcionado por el padre prior, Pedro Crespillo, junto con el resto de los cautivos, decidió volver a Écija.
Nuestra fuente de información son los libros de redención de cautivos cristianos elaborados por los frailes de la Santísima Orden de la Trinidad, llevada a cabo a lo largo del siglo XVII. Archivo Histórico Nacional. Códices. Libro Nº 127.

 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

domingo, 28 de septiembre de 2014

PASAJEROS A INDIAS (1)

La Casa de la Contratación en Sevilla fue creada en 1503 para fomentar y regular el comercio con América. Entre sus competencias estaba el control de pasajeros que querían instalarse en los nuevos territorios recién descubiertos. Una vez lograda la cédula real, los pasajeros debían obtener el permiso por parte de los oficiales de la Casa, quedando así registrados. Las series de documentos que nos informan sobre este tránsito entre el Viejo y Nuevo Mundo aparecen en los Libros de Asientos de pasajeros, donde se registraban los nombres de los que pasaban a las Indias cuando habían obtenido la licencia de la Casa de Contratación, lo cual se verificaba en el momento de embarcar, y se hacía constar en el asiento el nombre de la nao, y el del maestre que la comandaba. Por otro lado, la otra serie era la llamada Informaciones y licencias de pasajeros, consistían en las informaciones y probanzas de todos aquellos que querían pasar a las Indias tenían que presentar en la Casa de Contratación, y las propias licencias expedidas por el presidente y jueces oficiales de la Casa. En dichas informaciones tenían que acreditar que eran cristianos viejos, por lo que estos expedientes solían contar con partidas de bautismo y matrimonio, no sólo de los pasajeros, sino también de los familiares y criados que los acompañaban.
Jerónimo Crespillo, casado con Francisca Casas, ambos difuntos, y naturales de la villa de Osuna., tenían una hija Jerónima de Baleros, de unos 18 o 20 años, de buena estatura, morena de rostro, con una señal de herida en la frente, en el lado derecho, natural de esta villa, la cual emigró a Nueva España junto con su marido Bartolomé de Hoces, de 32 años, barbirrubio, natural de Marchena, y vecino también de Osuna, el 5 de Febrero de 1592. Ambos declararon que eran cristianos viejos, que no habían sido ni castigados ni penitenciados por la Inquisición, ni eran de los nuevamente convertidos, y que hicieron vida maritable según diversos testigos. El matrimonio iba acompañado en su viaje a América por una criada, Isabel Rodríguez, vecina también de Osuna. [AGS. Contratación, 5238, N.2, R.32.]

sábado, 20 de septiembre de 2014

¿De dónde procede el patronímico Crespillo? ¿ Somos de origen castellano o catalán?


Parece una afirmación casi general que todos los apellidados con el nombre Crespillo se han planteado en alguna ocasión cuál es el origen de un apellido que en cualquier caso resulta ser poco habitual en relación con la mayoría de los patronímicos castellanos. El de Crespillo, por su rareza, no se incluye dentro de la tradicional división de los apellidos españoles, esto es, patronímicos, antroponímicos y toponímicos, o lo que es lo mismo, apellidos derivados de nombres de lugares, sobrenombres, haciendo referencia a una cualidad física o psíquica, el parentesco, la procedencia , etc. El número de personas con el nombre Crespillo es realmente bajo en relación con apellidos más conocidos de la geografía antigua castellana. Pero, ¿ cuál sería su procedencia?. Empecemos por las referencias que nos da algún especialista. El primer paso para su estudio y origen es la consulta de las numerosas obras sobre genealogía y descendencias de linajes castellanos entre las que destacamos la monumental obra de Vicente de Cadenas y Vicent que nos adentra en el origen medieval del nombre al que le concede blasón y escudo de armas en su “Repertorio de Blasones de la comunidad Hispánica”, Tomo [desconocido] letras A-CH, pagina 548, donde se recoge para “Crespillo” el siguiente escudo de armas: “En campo de oro, dos cabríos de gules, alterados”.

Lamentablemente el apellido no se encuentra recogido en otra obra emblemática de otros especialistas en los orígenes de apellidos castellanos, nos referimos a los hermanos Alberto y Antonio García Carrafa que se centran en el apellido Crespo y omiten, en cambio, el de Crespillo, menos habitual y de poca extensión. Sin embargo, y volviendo nuevamente a la obra del ya mencionado Vicente de Cadenas y Vicent se hace una aproximación al posible origen del apellido Crespillo que no deja de ser interesante y que no podemos obviar en este estudio, el cual dice los siguiente: “Antiguo apellido castellano, poco frecuente y repartido por España, si bien se registra sobre todo en la provincia de Málaga, siendo notable su presencia en Barcelona, Madrid, Sevilla y Córdoba, y en menor medida en Cádiz, Badajoz, Alicante ,Valencia, Vizcaya, Guipúzcoa, Granada y Santa Cruz de Tenerife. Procede este apellido, según algunos etimologistas, de apodos relativos a la voz castellana -Crespillo- forma diminutiva de Crespo, antiguamente ”Cabello ondulado, rizado” y, mas tarde ,”cabello ensortijado”. Este apodo haría referencia a los que no tenían el pelo lacio, propio de los nobles, sino los de melena más descuidada, característica de los aldeanos. Hubo, por tanto, distintas casas solares de este apellido, no emparentadas entre si, pues debieron ser varios los individuos así apodados, algunos de los cuales, por el uso y la costumbre, convirtieron dicho apodo en apellido de familia”.

A este origen castellano habría que hacer referencia a otro posible origen levantino-catalán. Existe una palabra dentro del dialecto murciano de época medieval que hace referencia a nuestro apellido, el “crespillo”, pieza de masa muy delgada y fina. Es una palabra que surge por la interferencia del catalán sobre el dialecto murciano. De esta manera el término catalán sería “crespell”. Este otro origen etimológico vendría a rebatir el anterior defendido por Vicente de Cadenas expuesto anteriormente y que hacía referencia a una cualidad, pelo crespo y ensortijado, frente a este nuevo origen donde se relaciona con una profesión o un oficio, los fabricantes de los crespells o crespillos.

Nosotros nos preguntamos si uno de estos pobladores procedente de la región levantina sería conocido con el nombre de Crespill, Crespell o Crespillo [por castellanización del término catalán], haciendo alusión al oficio del que se ocupaban, origen de muchos apellidos. El oficio se transmitía de padres a hijos, sería lógico pensar que este nombre se convirtiera en hereditario. En Murcia y en Granada son famosos los dulces conocidos como “crespillos”. Es probable que los fabricantes de este producto fueran llamados por el resto de vecinos con el nombre de “el de los crespillos”, y que pronto fueran conocidos por este apellido alusivo a la dedicación artesanal de este producto.
Según estos dos orígenes en relación con su etimología, uno castellano y otro levantino-catalán, podemos aseverar que las familias que surgieron con este apellido en Andalucía lo hicieron a partir de la llegada de pobladores procedentes de estas dos regiones geográficas, y, probablemente, lo hicieron en épocas más bien tardías, finales de la Edad Media.

Pero, ¿la primera persona con apellido Crespillo creó a todas las demás?. Habría que explicar que no todas las personas con este nombre pertenecían a la misma estirpe o linaje, se trataría de diferentes casas solares, diferentes familias que surgieron a lo largo de la geografía peninsular, y que probablemente no estarían emparentadas. Es probable que hubieran varios Crespillo en Andalucía en la primera época, siglos XIV-XV, algunos procedentes de Castilla y otros de Aragón, Cataluña o Levante. Todos llegarían a una región nueva, limítrofe entre los reinos de Castilla y Aragón, una vez desparecido el espacio geográfico musulmán, la presencia de catalanes, murcianos, castellanos se concentró en dicho lugar, y esto sucedió en las llamadas repoblaciones tardías, a fines de la Edad Media.
Por las investigaciones realizadas las zonas o regiones geográficas donde se concentra actualmente este apellido son Cataluña y Levante ( Alicante y Valencia), Madrid y varios grupos numerosos en Andalucía en las provincias de Málaga, Cádiz, Sevilla y Córdoba. De todos ellos destaca la provincia de Málaga en localidades como Ronda, Teba, Vélez-Málaga, Antequera y el pequeño municipio de la Axarquía, Salares. Pero, sin duda, el lugar donde el número de personas con este apellido es más numeroso es la zona de Vélez-Málaga, lo cual no quiere decir que sea un núcleo originario del apellido, sino que por circunstancias varias, en esta localidad malagueña se ha incrementado el número de personas con este nombre.
 
No hay que olvidar los Crespillo en Canarias (cf. "Los apellidos en Canarias", de Carlos Platero Fernández) América Latina, especialmente en Argentina, México o en los EE.UU. consecuencia evidente de la emigración a ultramar, y que trataremos en otra ocasión.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Nuestro origen en la repoblación de campesinos de la llamada "Banda morisca".


Entre la Plena y Baja Edad Media (XIII-XV), individuos portadores del apellido Crespillo, procedentes de Castilla se asentarían en los territorios que formaban el antiguo Reino de Sevilla, y contiguo a este, el reino nazarí de Granada. Entre ambos, una extensa frontera, la llamada en la historiografía “banda morisca” donde cristianos y musulmanes lucharon por su defensa hasta la caída de dicho espacio político musulmán a fines del siglo XV.
Las hostilidades entre el reino de Sevilla y el granadino, terminaron con Enrique IV en una última
campaña en 1458. Dos años después, se firmó la paz más duradera entre Castilla y Granada, hasta que en 1482, los Reyes Católicos reanuden la campaña militar que no terminará hasta la conquista del reino nazarí en 1492. Pero para llegar a ese momento final, los diferentes lugares y plazas fronterizas recuperadas al Islam en la frontera granadina, eran inmediatamente repoblados con contingentes humanos de diferente procedencia. Sería en este momento más tardío, y no en otro, cuando algún poblador con el nombre "Crespillo" se afincaría en este espacio inestable e inseguro propio de una frontera, la ya denominada banda morisca. Por otro lado, los acontecimientos históricos confirman el hecho que los siglos XIV-XV, este espacio se va repoblando de manera continua debido a una serie de circunstancias favorables como las que exponemos a continuación: reorganización del poblamiento favorecido por el alejamiento de la frontera granadina más allá de los LLanos de Antequera (1410), y de la Serranía de Ronda (1485); la relación con un incipiente crecimiento demográfico, y posteriormente, con la definitiva desaparición del Reino de Granada en 1492. Por último, el esfuerzo de señores y campesinos que propiciaran las repoblaciones de los siglos XIV-XV y que se extenderá hasta el siglo XVI. El hecho de ser una zona de extraordinaria riqueza económica (cereales y ganadería), para el abastecimiento de los grandes concejos de realengo de Carmona, Écija o Sevilla, atrajo a un gran número de campesinos y repobladores. Será la oligarquía urbana de estos concejos de realengo, detentora de importantes patrimonios, y a los propios concejos municipales a promover el poblamiento de sus cortijos y aldeas de los términos marginales. El asentamiento de pobladores se produjo mediante la concesión a titulo señorial de ciertas tierras incultas para ser roturadas, pobladas y defendidas. De esta forma se gestaron un conjunto de pequeños señoríos, cuyos titulares intentaron por todos los medios posibles atraer vasallos pobladores que pusiesen en explotación las tierras hasta ahora incultas. Un ejemplo claro de estas iniciativas de los señores, es el caso del señor de Teba, que llevaría a cabo la repoblación de la villa de Campillos en 1492 y 1501 respectivamente, al encauzar las actividades repobladoras realizadas particularmente por campesinos procedentes de Osuna, Teba y Antequera. La llegada de estos nuevos pobladores cuya procedencia, como vemos, eran de las tierras próximas, supuso la creación de linajes y casas solares que serían los instauradores de distintos apellidos. Pero, quiénes eran estos individuos que se atrevieron a poblar tierras recién conquistadas. Los hechos nos acercan a personas que querían labrarse un futuro distinto al que tenían, campesinos libres, que habían sido propietarios, carentes de seguridad y sin medios económicos, abocados a convertirse en jornaleros, el sueño de un modesto patrimonio familiar y la segura protección de los señores, fueron la garantía suficiente para avalar el éxito de las repoblaciones tardías en el interior de la Banda Morisca. De esta forma, y a modo de ejemplo, el número de campesinos que poblaron la villa de Campillos en 1501 era un total de 19 pobladores. Curiosamente, uno de ellos, un tal Juan Crespillo, formó parte del grupo de labradores procedentes de Teba que participaron en la puesta en labor de tierras que más tarde formaron la dicha villa.

El Dr. Don Juan Gómez Vallejo y Acuña, cura y beneficiado de Campillos, en el año de 1625 ilustró el Libro de Protocolos que se conservaba en el Archivo parroquial con las primeras noticias acerca de los orígenes y fundación de la incipiente puebla de Campillos y de su Iglesia “(…) En 1516, viendo los dichos labradores que ya había más de sesenta casas, habitadas entre otras por las familias de los Aciegos, Polos, Crespillos y Naharros, y que se quedaban sin misa los días de fiesta, y el trabajo que pasaban en ir a recibir los Sacramentos a Teba, se juntaron Gonzalo Pachón y Miguel Ximenez y fueron a pedir al Iltmo. Sr. D. Diego Deza, Arzobispo de Sevilla, les diese un clérigo que les dijese misas los domingos y fiestas; y se nombró para dicho efecto a Nicolás Gálvez, vecino de Teba; se hizo una iglesia de chozas frontero de donde ahora está la iglesia de Nuestra Señora Sana Ana y se dijo veintiún años, en el cual tiempo se llevaban a bautizar los niños a Teba y desde allí se administraban los Santos Sacramentos a los de este lugar. En 1536 había ciento cincuenta casas y concedió el Arzobispo Cura y Pila de de Bautismo (…)
El 13 de Enero de 1537 se administró el primer bautismo por el presbítero Bartolomé Sánchez Serrano, su primer cura, fecha en que se principió a labrar la Iglesia en el sitio donde hoy se encuentra.
Los documentos ponen en relación tres localidades donde radicaría este apellido. En primer lugar, Teba, en la actual provincia de Málaga, y que por entonces formaría parte del reino y del arzobispado de Sevilla, y por otro, Osuna y Campillos, entre las actuales provincias de Sevilla y Málaga, dos poblaciones muy cercanas (no hay que olvidar Ronda, ciudad en la que hemos encontrado un testimonio mucho más antiguo de la presencia de nuestro apellido). Entre los nuevos avencindados en la nueva villa de Teba, se encuentra esta persona portadora del apellido Crespillo, cuyo linaje y casa solar podría haberse extendido por estos tres concejos y su tierra, todos ellos pertenecientes al reino de Sevilla, algo lógico, si pensamos que los movimientos campesinos en este espacio de frontera y en esta época, consistían en migraciones entre localidades vecinas, muy cercanas unas de otras, lo que se ha venido en llamar un "fenómeno migratorio interior de corto radio".
 
 
Es probable que Juan Crespillo, vecino de esta localidad, así como sus padres, se instalaran en el lugar desde el momento en el que se establecieron dichos privilegios en 1456. Sin embargo esta afirmación nos lleva a otro interrogante, si nuestro poblador llegó a la villa de Teba por los privilegios que se les daba a todos los que en ella se asentaban, ¿cuál era su procedencia?, y de forma más general, ¿cuál era el origen de los primeros pobladores de Teba?.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

martes, 16 de septiembre de 2014

ORÍGENES DEL APELLIDO CRESPILLO

                                                  CRESPILLO EN LA HISTORIA



Firma y rúbrica de Juan de Arroyo Crespillo. Écija, 1588.
 Orígenes del apellido Crespillo. La mención más antigua de nuestro apellido en la Historia.
En el Archivo parroquial del municipio de Campillos, en la provincia de Málaga y en su libro de Protocolos, destruido en la guerra civil, 1936, y que se ha conservado la transcripción del mismo que hizo en 1890 un registrador de la Propiedad llamado D. Antonio Aguilar y Cano (“Apuntes históricos de la villa de Campillos”) aparece documentado el nombre Crespillo. Es una de las menciones más antigua que hemos encontrado y, una vez más, nos adentra en la provincia de Málaga. Reproducimos el texto de manera íntegra: En 1.492, siendo Pontífice Inocencio VIII y reinando en España don Fernando y Dª Isabel, recién ganada Granada, viendo algunos vecinos de Osuna que las correrías de los moros habían cesado y que las tierras eran fértiles y abundantes para la labor, se juntaron Gonzalo Gómez de la Puerta y Nicolás Migolla, Martín de Trujillo, Ruiz de Castilla, Juan de Castilla, Juan de Llamas, Alonso de Quero y Martín Bahamonde, todos vecinos de Osuna, tomaron en arrendamiento a Juan de Guzmán, señor de Teba, noventa cahíces de tierra por nueve años al precio de un cahíz de pan terciado y un par de gallinas por cada cahíz de tierra, todo puesto en Teba, y por la dicha labor y por estar lejos de Osuna hicieron unas chozas para meter sus ganados. Y cumplido el dicho arrendamiento en 1.501, hicieron otro por siete años durante los que se juntaron Juan Cimbro, Francisco López de la Rubia, Juan de Torres, Juan Antonio, Diego y Alonso de Asiego, hermanos, Juan Crespillo, Juan de Luque, Martín de la Zarca y los Polos, y Jerónimo Pascual, y Juan Ruiz de Navarros, todos de Teba, y les pujaron el cuarto a los de Osuna, y comenzaron a labrar las dichas tierras, donde hicieron sus chozas para los ganados, teniendo en Teba sus casas pobladas, donde pagaban sus diezmos y primicias, bautizaban a sus hijos e iban a oír misas. Después de lo cual en 1.508 Gonzalo de Pachón, Miguel Jiménez Alonso, García y otros vecinos de Antequera, se pasaron a labrar estos sitios teniendo sus casas en Antequera y desde dicho tiempo se vinieron otras muchas personas de los Santos y otras partes.”