Parece una afirmación casi general que todos los apellidados con el nombre Crespillo se han planteado en alguna ocasión cuál es el origen de un apellido que en cualquier caso resulta ser poco habitual en relación con la mayoría de los patronímicos castellanos. El de Crespillo, por su rareza, no se incluye dentro de la tradicional división de los apellidos españoles, esto es, patronímicos, antroponímicos y toponímicos, o lo que es lo mismo, apellidos derivados de nombres de lugares, sobrenombres, haciendo referencia a una cualidad física o psíquica, el parentesco, la procedencia , etc. El número de personas con el nombre Crespillo es realmente bajo en relación con apellidos más conocidos de la geografía antigua castellana. Pero, ¿ cuál sería su procedencia?. Empecemos por las referencias que nos da algún especialista. El primer paso para su estudio y origen es la consulta de las numerosas obras sobre genealogía y descendencias de linajes castellanos entre las que destacamos la monumental obra de Vicente de Cadenas y Vicent que nos adentra en el origen medieval del nombre al que le concede blasón y escudo de armas en su “Repertorio de Blasones de la comunidad Hispánica”, Tomo [desconocido] letras A-CH, pagina 548, donde se recoge para “Crespillo” el siguiente escudo de armas: “En campo de oro, dos cabríos de gules, alterados”.
Lamentablemente el apellido no se encuentra recogido en otra obra emblemática de otros especialistas en los orígenes de apellidos castellanos, nos referimos a los hermanos Alberto y Antonio García Carrafa que se centran en el apellido Crespo y omiten, en cambio, el de Crespillo, menos habitual y de poca extensión. Sin embargo, y volviendo nuevamente a la obra del ya mencionado Vicente de Cadenas y Vicent se hace una aproximación al posible origen del apellido Crespillo que no deja de ser interesante y que no podemos obviar en este estudio, el cual dice los siguiente: “Antiguo apellido castellano, poco frecuente y repartido por España, si bien se registra sobre todo en la provincia de Málaga, siendo notable su presencia en Barcelona, Madrid, Sevilla y Córdoba, y en menor medida en Cádiz, Badajoz, Alicante ,Valencia, Vizcaya, Guipúzcoa, Granada y Santa Cruz de Tenerife. Procede este apellido, según algunos etimologistas, de apodos relativos a la voz castellana -Crespillo- forma diminutiva de Crespo, antiguamente ”Cabello ondulado, rizado” y, mas tarde ,”cabello ensortijado”. Este apodo haría referencia a los que no tenían el pelo lacio, propio de los nobles, sino los de melena más descuidada, característica de los aldeanos. Hubo, por tanto, distintas casas solares de este apellido, no emparentadas entre si, pues debieron ser varios los individuos así apodados, algunos de los cuales, por el uso y la costumbre, convirtieron dicho apodo en apellido de familia”.
A este origen castellano habría que hacer referencia a otro posible origen levantino-catalán. Existe una palabra dentro del dialecto murciano de época medieval que hace referencia a nuestro apellido, el “crespillo”, pieza de masa muy delgada y fina. Es una palabra que surge por la interferencia del catalán sobre el dialecto murciano. De esta manera el término catalán sería “crespell”. Este otro origen etimológico vendría a rebatir el anterior defendido por Vicente de Cadenas expuesto anteriormente y que hacía referencia a una cualidad, pelo crespo y ensortijado, frente a este nuevo origen donde se relaciona con una profesión o un oficio, los fabricantes de los crespells o crespillos.
Nosotros nos preguntamos si uno de estos pobladores procedente de la región levantina sería conocido con el nombre de Crespill, Crespell o Crespillo [por castellanización del término catalán], haciendo alusión al oficio del que se ocupaban, origen de muchos apellidos. El oficio se transmitía de padres a hijos, sería lógico pensar que este nombre se convirtiera en hereditario. En Murcia y en Granada son famosos los dulces conocidos como “crespillos”. Es probable que los fabricantes de este producto fueran llamados por el resto de vecinos con el nombre de “el de los crespillos”, y que pronto fueran conocidos por este apellido alusivo a la dedicación artesanal de este producto.
Según estos dos orígenes en relación con su etimología, uno castellano y otro levantino-catalán, podemos aseverar que las familias que surgieron con este apellido en Andalucía lo hicieron a partir de la llegada de pobladores procedentes de estas dos regiones geográficas, y, probablemente, lo hicieron en épocas más bien tardías, finales de la Edad Media.
Pero, ¿la primera persona con apellido Crespillo creó a todas las demás?. Habría que explicar que no todas las personas con este nombre pertenecían a la misma estirpe o linaje, se trataría de diferentes casas solares, diferentes familias que surgieron a lo largo de la geografía peninsular, y que probablemente no estarían emparentadas. Es probable que hubieran varios Crespillo en Andalucía en la primera época, siglos XIV-XV, algunos procedentes de Castilla y otros de Aragón, Cataluña o Levante. Todos llegarían a una región nueva, limítrofe entre los reinos de Castilla y Aragón, una vez desparecido el espacio geográfico musulmán, la presencia de catalanes, murcianos, castellanos se concentró en dicho lugar, y esto sucedió en las llamadas repoblaciones tardías, a fines de la Edad Media.
Por las investigaciones realizadas las zonas o regiones geográficas donde se concentra actualmente este apellido son Cataluña y Levante ( Alicante y Valencia), Madrid y varios grupos numerosos en Andalucía en las provincias de Málaga, Cádiz, Sevilla y Córdoba. De todos ellos destaca la provincia de Málaga en localidades como Ronda, Teba, Vélez-Málaga, Antequera y el pequeño municipio de la Axarquía, Salares. Pero, sin duda, el lugar donde el número de personas con este apellido es más numeroso es la zona de Vélez-Málaga, lo cual no quiere decir que sea un núcleo originario del apellido, sino que por circunstancias varias, en esta localidad malagueña se ha incrementado el número de personas con este nombre.
No hay que olvidar los Crespillo en Canarias (cf. "Los apellidos en Canarias", de Carlos Platero Fernández) América Latina, especialmente en Argentina, México o en los EE.UU. consecuencia evidente de la emigración a ultramar, y que trataremos en otra ocasión.